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Encuentro por el Agua y la Energía Renovable en Bucaramanga

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Resumen

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Capacitación e implementación de prácticas de producción sostenibles y conservación.

Santander ve oportunidades ante los desafíos de la crisis climática Santander es el segundo departamento más biodiverso del país. Alberga una variedad de ecosistemas estratégicos como el cinturón de páramos y los complejos lacustres del Magdalena Medio.

Es hogar del 25% de las especies de plantas del país, del 40% de las especies de aves y de 41 especies de frailejón de las 101 que existen en Colombia. Además, tiene un enorme potencial hídrico con el Valle aluvial del Río Magdalena, imponentes lagunas en municipios como Cáchira y Salazar, bosques de neblina en Tona y Pamplona, y páramos como Santurbán y Almorzadero donde nacen ríos como Tona, Cachirí, Suratá y Manco. A pesar de esa riqueza natural, el departamento ocupa el puesto 12 en el ranking nacional de amenaza por cambio climático (Bucaramanga, su capital, tiene clasificación de alto riesgo y vulnerabilidad), y viene experimentando problemas de desabastecimiento de agua.

La Encuesta Nacional de Agua de 2022 mostró que la población de 17 municipios es susceptible a desabastecimiento en temporada seca, e incluso que el 15% de la población en 13 municipios tiene problemas de abastecimiento en temporada de lluvia. Ello debido a múltiples causas, entre estas, la deforestación, la transformación de ecosistemas y usos del suelo para actividades agrícolas y ganaderas, la inadecuada disposición de residuos sólidos, y la variabilidad climática.

Estas realidades fueron ampliamente discutidas en el Encuentro por el Agua y la Energía Renovable de Bucaramanga, organizado por Isagen, El Espectador, WWF Colombia y The Nature Conservancy (TNC). Al evento —que tuvo lugar el 17 de septiembre— asistieron importantes actores del sector público y privado, que profundizaron sobre los retos y oportunidades de la región para conservar su biodiversidad y mitigar y adaptarse a los efectos de la crisis climática. Varios de los asistentes resaltaron la importancia de seguir trabajando de la mano con las familias y productores locales, particularmente en la zona de páramo y alta montaña, en la capacitación e implementación de prácticas de producción sostenibles y en acciones de conservación.

De riesgo a oportunidad

El proyecto MiPáramo, desarrollado por el Fondo de Agua Biocuenca y sus aliados, es ejemplo de ello. Con la iniciativa se ha apoyado a 2.200 familias en buenas prácticas ambientales y producción sostenible y se ha preservado 9.800 hectáreas. Si bien se hizo énfasis en la necesidad de seguir desarrollando acciones efectivas de conservación, también se destacó la importancia de que el crecimiento de los centros urbanos se planee pensando en su capacidad de abastecimiento hídrico y energético. De lo contrario, el riesgo de desabastecimiento seguirá aumentando.

Desde la academia se mencionó que ese riesgo puede convertirse en una oportunidad, si se implementan proyectos para convertir el agua residual en fuente de energía. “Solo la planta de tratamiento ubicada en Floridablanca podría estar produciendo más de 40 megas, si se aprovechara el biogas que constantemente está generando”, dijo el profesor Jesús Manuel Epalza de la Universidad de Santander durante el panel de conclusiones.

A lo largo del encuentro los asistentes resaltaron la importancia de trabajar conjuntamente para prevenir el desabastecimiento de agua y energía de las comunidades, la pérdida de biodiversidad del territorio y desarrollar e implementar medidas efectivas de adaptación a la crisis climática

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