Epa Colombia busca reparar daños con trabajo comunitario y denuncia crisis alimentaria en El Buen Pastor

La influencer Daneidy Barrera Rojas, conocida como Epa Colombia, solicitó formalmente acogerse a un proceso de justicia restaurativa para cumplir su condena de cinco años y tres meses por actos vandálicos cometidos durante el paro nacional de 2019. Su defensa, encabezada por el abogado Francisco Bernate, presentó la petición ante un juzgado, con el objetivo de que la joven participe activamente en la reparación del daño que causó al sistema TransMilenio y a una Unidad de Reacción Inmediata (URI) en Bogotá.
La propuesta incluye que Barrera desempeñe funciones como gestora de movilidad, cajera o promotora pedagógica dentro del mismo sistema de transporte que fue objeto de los hechos. “Ella podría trabajar en TransMilenio, generar campañas contra el vandalismo y así contribuir directamente a la solución del conflicto”, afirmó su abogado al diario El Tiempo. El proceso, que involucra a instituciones como el Inpec, el Ministerio de Justicia, la Fiscalía y TransMilenio, busca un cumplimiento alternativo de la pena que no implique impunidad, sino una reparación real.
La defensa ya habría logrado un acuerdo con Recaudo Bogotá para avanzar en la reparación de los daños, lo que fortalece el argumento en favor de una salida restaurativa. Además, se destaca que Barrera es el principal sustento económico de su familia, y su permanencia en prisión representa un impacto negativo para su entorno más cercano.
Al tiempo que avanza esta solicitud judicial, Barrera ha denunciado desde la cárcel El Buen Pastor las precarias condiciones alimentarias que viven las internas. En un video publicado recientemente, la influenciadora mostró, junto a otras reclusas, los alimentos en mal estado que estarían recibiendo. “Estas mujeres están muertas del hambre. Llevamos días sin comer. Por favor, que nos ayuden”, expresó visiblemente afectada.
Los testimonios coinciden en señalar que tanto el pollo como el pescado entregados estarían descompuestos y que incluso se han visto ratas cerca de los alimentos. La situación generó tal alarma que el director del Inpec, teniente coronel Daniel Gutiérrez, se pronunció al respecto en rueda de prensa. Reconoció deficiencias en la infraestructura, salud y alimentación de las cárceles del país, y admitió que en El Buen Pastor se presentan graves fallas en la entrega, calidad y cantidad de los alimentos.
La Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec), responsable de la alimentación en los centros de reclusión, fue señalada como la entidad que deberá responder por estos hechos. Las denuncias han abierto un nuevo capítulo en el debate sobre las condiciones de los centros carcelarios en Colombia, mientras la justicia evalúa si permite a Epa Colombia cumplir su condena desde una perspectiva más constructiva.