Estudiantes EMA protagonizan las muestras finales del Ciclo

Estudiantes EMA protagonizan las muestras finales del Ciclo

Resumen

Las Muestras del Ciclo I-2025 de la EMA en Bucaramanga son un evento de arte transformador que destaca el proceso formativo y la inclusión social. Estas presentaciones artísticas celebran el crecimiento personal y colectivo a través de diversas formas de expresión artística.

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by Andrés Quijano

Durante el mes de junio, Bucaramanga se convierte en el epicentro de la sensibilidad artística, la creatividad y la inclusión, gracias a las Muestras Finales del Ciclo I – 2025: “Arte que transforma”, organizadas por la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMA). Más que un evento de cierre académico, este encuentro artístico representa una celebración pública del proceso formativo de cientos de niños, niñas, jóvenes y adultos que han hecho del arte un camino hacia la transformación personal y colectiva.

Las presentaciones se llevarán a cabo en icónicos escenarios culturales de la ciudad como el Teatro Santander, el Centro Cultural del Oriente y el auditorio Pedro Gómez Valderrama del Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT), convirtiendo a Bucaramanga en un gran escenario donde convergen sueños, disciplina, diversidad y ciudadanía.

El arte como herramienta de cambio

Bajo el lema “Arte que transforma”, estas muestras no son simplemente un espectáculo visual o sonoro, sino una declaración de principios: el arte puede, y debe, ser un vehículo para el cambio social. La EMA, una institución comprometida con la formación integral de sus estudiantes, entiende que el arte no se enseña solo para entretener, sino para educar, emocionar y construir comunidad.

En ese sentido, la programación de las muestras incluye presentaciones teatrales, conciertos musicales, coros, exposiciones de artes plásticas y coreografías de danza. Cada una de estas expresiones es parte de un proceso formativo profundo donde lo estético se entrelaza con lo pedagógico. Los estudiantes no solo aprenden técnicas, sino que desarrollan pensamiento crítico, sensibilidad social y capacidad de trabajo colaborativo.

“Cada pintura, cada canción, cada escena de teatro es la punta del iceberg de un trabajo que involucra horas de formación, acompañamiento docente, reflexión creativa y compromiso comunitario. Son jóvenes que han encontrado en la EMA no solo un aula, sino un espacio de construcción de identidad y de sueños posibles”, afirma una docente de artes visuales vinculada al proceso.

Escenarios que acogen el talento

El Teatro Santander, recuperado como un símbolo de la memoria cultural de Bucaramanga, abre nuevamente sus puertas para celebrar lo mejor del talento local. Sus butacas acogerán a familias enteras, estudiantes y ciudadanos que acuden a ver cómo los protagonistas de estas muestras —alumnos de todas las edades y procedencias— se toman el escenario para demostrar lo aprendido. Igualmente, el Centro Cultural del Oriente, con su espíritu de encuentro y diversidad, será otro de los espacios clave en los que el arte se convertirá en lenguaje común.

El auditorio Pedro Gómez Valderrama, espacio emblemático del IMCT, también será sede de varias de estas presentaciones, consolidándose como un espacio abierto a la expresión artística comunitaria. En cada uno de estos escenarios, se vivirá la posibilidad de apreciar una ciudad que valora el arte como parte de su vida cotidiana y su desarrollo ciudadano.

Más allá del despliegue escénico, lo que las Muestras Finales del Ciclo I – 2025 celebran es el proceso. La EMA ha apostado por un modelo pedagógico en el que el arte no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para formar seres humanos más empáticos, conscientes y comprometidos con su entorno.

En este sentido, lo importante no es solo lo que el público verá sobre las tablas o en las paredes de una galería, sino lo que ocurrió antes: los ensayos, los errores, los aprendizajes compartidos, las preguntas sin respuesta y las respuestas inesperadas que el arte suele provocar.

“El arte nos ha enseñado a mirar distinto, a sentir con otros, a tener voz propia. Aquí no solo aprendí a tocar un instrumento, sino que entendí que con la música también puedo contar mi historia y la de mi barrio”, expresa Mariana Rojas, una joven flautista de 17 años que cursa su tercer semestre en la EMA.

Cultura como pilar del desarrollo

Con estas muestras, la administración del alcalde Jaime Andrés Beltrán reafirma su compromiso con el arte y la cultura como pilares del desarrollo humano, educativo y ciudadano. En un país como Colombia, donde muchas veces los presupuestos culturales son los primeros en recortarse, iniciativas como estas cobran un valor simbólico y práctico incalculable.

La apuesta de la Alcaldía de Bucaramanga, a través del IMCT y la EMA, es clara: invertir en arte es invertir en paz, en ciudadanía, en convivencia. Cada estudiante que sube a un escenario o participa en una exposición es un testimonio vivo de que el arte transforma vidas. Y en esa transformación se gesta una sociedad más justa, más solidaria y más alegre.

Desde el 7 hasta el 21 de junio, quienes asistan a las muestras podrán comprobarlo por sí mismos. No se trata solo de ir a “ver” un espectáculo, sino de acompañar un proceso, de ser testigos de una historia colectiva que se escribe con notas musicales, con movimientos escénicos, con pinceladas y con versos.

Una invitación a participar

Las redes sociales de la EMA y del Instituto Municipal de Cultura y Turismo serán las plataformas donde los ciudadanos podrán consultar toda la programación, horarios y locaciones de las presentaciones. Además, la entrada a las muestras es libre, lo que permite que cualquier persona —sin importar su situación económica o nivel de conocimiento previo en arte— pueda asistir, disfrutar y sentirse parte de este gran movimiento cultural.

Así, lo que se vivirá en Bucaramanga durante este mes de junio es mucho más que un evento artístico. Es una afirmación colectiva de que el arte importa, que transforma y que está al alcance de todos. Es también una invitación a mirar a los ojos a una generación que, a través de la EMA, está aprendiendo a expresarse, a construir comunidad y a soñar con un futuro más humano y sensible.

Porque cuando el arte florece, lo hace también la esperanza. Y eso, en tiempos difíciles, es quizá el acto más revolucionario de todos.

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por Andrés Quijano
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