Resumen
Se han descubierto yacimientos arqueológicos de más de 2500 años de antigüedad en el terreno de la nueva sede de Telemedellín, que muestran la antigua historia del Valle de Aburrá. Los hallazgos incluyen cerámica, herramientas de piedra y un horno crematorio.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En un hallazgo arqueológico de gran relevancia, se han descubierto yacimientos históricos en el terreno que ahora ocupa la nueva sede de Telemedellín. Estos vestigios arrojan luz sobre la antigua historia del Valle de Aburrá, revelando una narrativa que se remonta a más de 2500 años atrás.
Los primeros indicios de la presencia humana en esta área datan de épocas antiguas, cuando los primeros habitantes se establecieron cerca de las riberas del río Medellín, aprovechando su estratégica ubicación para el comercio de sal y oro con otras comunidades de la región. Este terreno, que ahora alberga las instalaciones del canal de televisión local, ha sido testigo silencioso de los cambios y evoluciones del valle a lo largo del tiempo.
El proceso de excavación, realizado en septiembre de 2015 durante la construcción del Canal del Parque Gabriel García Márquez, reveló una serie de hallazgos que confirman la existencia de antiguas comunidades prehispánicas en la zona. Entre los descubrimientos más significativos se encuentran piezas de cerámica, instrumentos de piedra como hachas y cuchillos, e incluso una estructura de combustión que sugiere la presencia de un horno crematorio.
El arqueólogo Juan Pablo Díez Ramírez, de la Corporación SIPAH, lideró las excavaciones y explicó la importancia de proteger estos hallazgos históricos. Se llevó a cabo un plan de arqueología preventiva para garantizar la preservación de las piezas encontradas, las cuales tienen entre 2500 y 3000 años de antigüedad y representan diferentes momentos de la historia antigua de la región.
Las investigaciones arqueológicas han permitido reconstruir la vida de las antiguas comunidades que habitaron estos territorios, evidenciando prácticas agroalfareras y comerciales que datan de milenios atrás. Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la riqueza histórica y cultural sepultada bajo el suelo de la ciudad.
Cada pieza encontrada es tratada con cuidado y meticulosidad en el laboratorio de la Corporación SIPAH, donde se limpian, catalogan y custodian para su conservación. El descubrimiento de más de 24 vasijas y 10,000 fragmentos arqueológicos es solo una muestra de la vasta historia que yace bajo nuestros pies.
Este hallazgo arqueológico no solo enriquece nuestro conocimiento sobre el pasado de la región, sino que también plantea importantes reflexiones sobre la relación entre el progreso urbano y la preservación del patrimonio histórico. Es un recordatorio de que, bajo el bullicio de la vida moderna, yacen tesoros perdidos que nos conectan con nuestros ancestros y nos ayudan a comprender mejor nuestra identidad y legado cultural.
