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Firmadas promesas como arroz que esperamos se cumplan

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Resumen

Los bloqueos de carreteras por productores arroceros afectaron la economía, pero lograron un acuerdo con el gobierno que incluye financiamiento, comercialización y medidas de apoyo. Cumplir estos compromisos es vital para restaurar la confianza y evitar conflictos futuros.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Los bloqueos de carretas se han adoptado como la más eficaz herramienta de presión, por parte de las comunidades campesinas, en contra del Gobierno nacional.

Estas acciones no sólo paralizan el país, sino que ocasionan daños irreparables a la economía. La reciente experiencia de los arroceros del Tolima Grande y de los Santanderes, constituye un ejemplo concreto de este método de reclamos.

Durante nueve días, estos productores interrumpieron corredores estratégicos de la economía, lo que provocó un impacto negativo en el comercio y en la vida diaria de la ciudadanía.

La decisión adoptada por estos actores se replicó en otras regiones del país, lo que evidencia la fuerza de una demanda legítima y la necesidad urgente de soluciones efectivas.

Las autoridades y los representantes del sector agrícola se reunieron en diversas mesas de diálogo y alcanzaron un acuerdo organizado por zonas. La mayoría de los cultivadores de arroz aceptaron las condiciones pactadas, ahora sólo falta ver que les cumplan.

El historial de incumplimientos de promesas a camioneros, lecheros, cacaoteros, caficultores, paneleros y otros sectores productivos ha generado una desconfianza profunda. Este antecedente obliga a la vigilancia estricta de cada palabra y cifra acordada.

El acuerdo firmado contempla un conjunto de compromisos que abarca financiamiento con beneficios para pequeños y medianos productores, estrategias de comercialización, medidas de salvaguarda, manejo fitosanitario, la creación de un fondo de estabilización de precios, una política de libertad vigilada y la revisión de los costos de producción.

Cada componente se instituye como instrumento para restablecer la confianza entre el Gobierno y los productores y para evitar futuros conflictos que perjudiquen la economía y la cohesión social del país.

En el ámbito de la comercialización se asignaron recursos por un valor de $21.930 millones. De este monto, el 40 por ciento (equivalente a $8.747 millones) se destina a pequeños productores, quienes deberán vender aproximadamente 72.896 toneladas del grano.

El resto de los recursos, equivalente a $12.082 millones, beneficiará a medianos productores, quienes llevarán al mercado cerca de 154.954 toneladas de este indispensable cereal.

El apoyo económico que entregará el Gobierno se concretó en $15.000 por carga para pequeños productores y en $9.750 por carga para medianos, cifras establecidas sin margen de cambios.

La estrategia de comercialización incluye la apertura de mercados en el exterior con el apoyo del Ministerio del Comercio, ProColombia y la Agencia de Desarrollo Rural.

Se espera que una parte considerable de los inventarios actuales llegue a mercados venezolanos. Paralelamente se fortalece el mecanismo de compras públicas locales, lo que permitirá a los productores arroceros ofrecer sus cargas a entidades estatales que requieren el cereal para programas sociales esenciales.

Este acuerdo representa una oportunidad para renovar la confianza entre el Gobierno y el sector agrícola. Cumplir cada compromiso es imprescindible para evitar interrupciones que afecten la estabilidad económica y social. Gobierno y productores asumen una responsabilidad histórica que exige transparencia y seriedad en su cumplimiento.

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