Hallan cuerpo de Wilmary Guerra y se confirma feminicidio tras casi dos años de búsqueda
Resumen
El cuerpo de Wilmary Carolina Guerra fue hallado en Manatí después de casi dos años de desaparición. La investigación liderada por su padre condujo al descubrimiento. El principal sospechoso sigue prófugo y la comunidad exige justicia para las mujeres migrantes.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El cuerpo de Wilmary Carolina Guerra Montilla, de 32 años, fue hallado en la finca Las Palmitas, en zona rural del municipio de Manatí, confirmando un caso de feminicidio que mantuvo en vilo a su familia desde septiembre de 2023.
La joven venezolana había desaparecido tras ser vista por última vez en un video ingresando al predio junto a Franklin Jesús Trillos Yance, administrador del lugar en ese momento.
La persistente investigación liderada por su padre, Wilmer Guerra, condujo al hallazgo. Fue él quien identificó el predio clave y presionó a las autoridades durante casi dos años.
Gracias a sus gestiones, las autoridades capturaron al hermano de Trillos Yance. El hombre, inicialmente evasivo, proporcionó datos inconsistentes, pero finalmente indicó el sitio exacto donde se encontraba el cuerpo.
La precisión de su declaración levantó sospechas sobre su participación directa.
El operativo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) se llevó a cabo el jueves a las 6:00 a. m., con el apoyo de antropólogos forenses.
Tras varios minutos de excavación, los peritos hallaron un brazo humano. La posterior recuperación del cuerpo confirmó la identidad de Wilmary.
El hallazgo representa un cierre parcial para la familia, pero abre nuevas líneas de investigación.
Trillos Yance continúa prófugo. Sobre él pesan acusaciones de practicar actos rituales con posibles fines criminales. Las autoridades lo consideran el principal sospechoso del asesinato.
La comunidad exige respuestas y justicia. El caso ha puesto en evidencia la desprotección de las mujeres migrantes y la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de investigación.
Wilmer Guerra, impulsor incansable del caso, pidió compromiso real de las instituciones: “Si decidieron tener ese tipo de trabajo, que lo hagan con amor”.