Histórico colegio de Santander está al borde del colapso
Resumen
El Colegio Universitario de Vélez, fundado en 1824 y Monumento Nacional desde 1973, está cerrado por riesgo estructural. Aunque funciona provisionalmente en otra sede, urge una restauración completa que supera los $22.000 millones para preservar su legado.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El Colegio Universitario de Vélez, ubicado en el municipio santandereano del mismo nombre, atraviesa una de las etapas más críticas de su historia institucional. Fundado en 1824 por el general Francisco de Paula Santander y declarado Monumento Nacional en 1973, este plantel educativo no solo es uno de los colegios más antiguos de Colombia, sino también un emblema del legado histórico y cultural del departamento. Sin embargo, pese a su valor patrimonial, la sede principal permanece sellada desde el 3 de diciembre de 2020, debido al alto riesgo estructural que representa para los estudiantes, docentes y personal administrativo.
La sede histórica, una imponente casona de dos pisos construida hace más de 400 años, presenta un deterioro progresivo que amenaza con hacer colapsar su infraestructura. Las filtraciones de agua han debilitado los muros de tapia pisada, han generado agrietamientos visibles y han comprometido seriamente los techos de bahareque y teja de barro. Fue precisamente este deterioro el que motivó el cierre por parte de la Secretaría de Salud de Santander y el Invima, en plena pandemia, ante la posibilidad de un regreso a clases semipresencial.

A pesar del sellamiento, el colegio ha seguido funcionando en una estructura contigua a la casona, la cual recibió una inversión cercana a los $875 millones por parte de Findeter para habilitar aulas móviles y adecuar nueve salones. No obstante, esta solución provisional también muestra señales de desgaste, con muros agrietados y pisos deteriorados. La rectora actual, Yaneth Ovalle Pérez, ha hecho múltiples llamados a las autoridades locales, departamentales y nacionales para gestionar una restauración integral de la sede original, sin que hasta el momento se haya concretado un plan de acción.
La situación es aún más preocupante si se considera que los costos estimados para una restauración completa superan los $22.000 millones, sin contar con los estudios de consultoría técnica y diseño que aún no han sido contratados. La Alcaldía de Vélez, encabezada por Orlando Ariza Ariza, ha manifestado su intención de realizar obras temporales como la instalación de lonas y sobrecubiertas para frenar las filtraciones, pero estas medidas son apenas paliativas frente a la magnitud del problema.
Un intento anterior de inversión a través del Sistema General de Regalías por más de $1.100 millones tuvo que ser suspendido, ya que los recursos solo permitirían intervenir el 25% de las cubiertas del colegio, cuando lo ideal sería una intervención total. De haberse ejecutado el proyecto, el riesgo para la comunidad educativa habría persistido, por lo que se optó por regresar los recursos al ente departamental.
El llamado desde Vélez es urgente y contundente. La comunidad educativa, respaldada por la administración municipal y departamental, clama por la preservación de un patrimonio que no solo representa la historia de Santander, sino también la continuidad de un derecho fundamental como lo es la educación. Sin inversiones decididas y oportunas, el Colegio Universitario de Vélez corre el riesgo de desaparecer físicamente, dejando atrás siglos de historia, cultura y formación