Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El departamento de Santander, como todas las regiones del país, depende en gran medida de sus ingresos propios para financiar los servicios públicos esenciales.
Entre estos ingresos, los impuestos al consumo de bebidas alcohólicas ocupan un lugar destacado. Este gravamen, que se calcula en función del grado alcohólico de cada producto, se ha convertido en un pilar fundamental para sostener iniciativas en salud, educación y deporte.
El impuesto al consumo de licores es un mecanismo fiscal que, además de generar recursos para el Estado, cumple una función regulatoria al desalentar el consumo excesivo de alcohol, asociado a diversos problemas de salud pública.
En Santander, este impuesto ha demostrado ser una fuente estable y creciente de ingresos. Por cada botella de aguardiente de 750 mililitros con 29 grados de alcohol, se recauda cerca de $19.000 pesos, una cifra que incluye una tasa base y un impuesto adicional calculado sobre el precio de venta al público.
La estructura de este impuesto es compleja y se basa en un sistema que combina componentes específicos y ad valorem, que son los impuestos establecidos en el Arancel de Aduanas a las mercancías que ingresan al territorio aduanero nacional.
El componente específico se calcula en función del grado alcohólico y el volumen de la bebida, mientras que el componente ad valorem se aplica sobre el valor comercial del producto.
Los recursos obtenidos a través del impuesto al consumo de licores, junto con otros como los impuestos a la cerveza y los cigarrillos, son fundamentales para la ejecución del Plan de Desarrollo de Santander. Estos fondos se destinan a financiar proyectos estratégicos en sectores como salud, educación y deporte, que tienen un impacto directo en la calidad de vida de los santandereanos.
Según un informe especial publicado por Diario EL FRENTE en junio del presente años, la Secretaría de Hacienda de Santander calculaba recaudar alrededor de $186.000 millones de pesos por concepto de impuestos a la cerveza y los cigarrillos y cerca de $40.000 millones de pesos por el impuesto a los licores en 2024, además de alrededor de 110 mil millones de pesos por concepto del impuesto vehicular.
Estos recursos permiten al Gobierno departamental mantener y ampliar los servicios públicos, invertir en infraestructura, atender programas sociales y promover el desarrollo económico, como instrumento de política pública que contribuye a fortalecer el estado social de derecho y a garantizar el bienestar de los ciudadanos.
Sin embargo, es importante destacar que este impuesto debe ser administrado de manera eficiente y transparente, se tiene que asegurar que los recursos recaudados se destinen efectivamente a los fines para los cuales fueron creados.
En un contexto de limitados recursos, los impuestos como el vehicular, el del consumo de bebidas alcohólicas y el del tabaco, se convierten en una herramienta valiosa para financiar el desarrollo de Santander.