Resumen
El artículo denuncia la traición de algunos políticos conservadores que apoyan al gobierno de Gustavo Petro, acusado de poner en riesgo la democracia y el sistema de salud, laboral y pensional en Colombia. Highlight la renuncia de Efraín Cepeda Sarabia, presidente de la bancada conservadora.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Mientras la violencia arrecia por todo el territorio nacional y Bogotá se convierte en una de las ciudades más peligrosas del mundo, en la otra orilla de la institucionalidad, algunos dirigentes políticos del partido conservador crearon una tormenta alrededor de ‘cosas de comer’, esperando cuotas burocráticas de un régimen comunista que se ha tomado la Casa Presidencial y está siguiendo el camino de las dictaduras comunistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El ‘Florero de Llorente’ ha sido el nombramiento de una ilustre desconocida que, patrocinada por un grupo de parlamentarios conservadores ‘lentejos’, le está entregando el alma al diablo, para apoyar la plataforma legislativa del desgobierno de Gustavo Petro, que está empeñado en acabar con el sistema de salud, con el régimen laboral y con el sistema pensional, para aumentar el número de miserables en Colombia.
Que daño que le hace a la nación un puñado de renegados congresistas que traicionan los ideales de esta colectividad, donde la disciplina política ha sido la carta de presentación ante la opinión pública. Estos ‘lentejos’ están cavando la sepultura de las ideas conservadoras, para entregarle el país a un gobierno que quiere destruir las instituciones y arruinar a los empresarios que sostienen el aparato productivo del país.
El senador Efraín Cepeda Sarabia, presidente de la bancada conservadora en el Congreso de la República, presentó su carta de renuncia al directorio nacional, dejando en manos de los heliotropos del conservatismo una constancia del valor civil y del carácter que debe orientar los destinos de la patria. La democracia de Colombia está en peligro y entre los sepultureros están unos pocos congresistas conservadores de la Cámara de Representantes, empeñados en traicionar la voluntad de sus electores.
Desde hace catorce años el partido conservador colombiano adoptó la fórmula de las convenciones DESCENTRALIZADAS, una idea del exministro Carlos Holguin Sardi, para elegir en los cargos directivos de la colectividad la representación de las diferentes tendencias y regiones, con el fin de preservar la unidad y la legitimidad en la nación, los departamentos y los municipios. Las discrepancias en el debate público deberían resolverse mediante acuerdos programáticos, que son la esencia del pensamiento conservador. Éramos el ‘Partido del Orden’.
