La eugenesia
Resumen
La campaña de American Eagle con Sidney Sweeney es criticada por sugerir que ciertos 'genes' son mejores, evocando peligrosamente ideologías eugenésicas, en un contexto de discriminación en Estados Unidos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Hace unas semanas American Eagle con la actriz Sidney Sweeney sacaron una campaña muy polémica, donde dicen que tiene “buenos jeans”. ¿Por qué eso es tan problemático si la marca se caracteriza justamente por sus jeans? Yo pensé lo mismo al principio.
Por: Maura Samara Suárez
Muchos dijeron que quienes criticaban la campaña solo le tenían celos por ser bonita y exitosa, pero esto va mucho más allá. Aclaro que no hablaré de la actriz, sino del mensaje de la campaña. En los videos, dicen que tiene “buenos genes”, palabra que luego tachan y reemplazan por “jeans”. En inglés, ambas suenan igual. Algunos promocionales incluso decían que los "genes o jeans" se heredaban.
Esto es delicado en un país donde circulan videos de discriminación a migrantes. Decir que una mujer rubia y de ojos azules tiene buenos genes sugiere que quienes no se ven como ella no los tienen. Pero imaginemos que esa no era la intención de la marca, que todos tenemos "buenos genes". Decidí callarme... hasta que Trump salió a hablar.
Para quienes han seguido mi columna desde el principio, saben que soy muy reacia a las políticas de Trump. Sobre esta polémica, se limitó a decir que era el anuncio más sexy que había visto, que los jeans se estaban vendiendo mucho, que empresas como Jaguar y BudLite estaban quebrándose por seguir ideologías contrarias a las suyas, y que Taylor Swift estaba cayendo en popularidad desde que él dijo que no la soportaba. ¿Qué tiene que ver todo eso con el anuncio? Honestamente, no sé. Pero para comenzar a explicar por qué esta campaña está mal, les voy a contar algo desde el punto de vista histórico.
Eugenesia. Una palabra desconocida para mí hasta esta semana. Es una corriente de pensamiento que sostiene que se debe "mejorar" la raza humana mediante intervención genética, impidiendo que los grupos que no poseen ciertas cualidades procreen. Los nazis usaron esta ideología para legitimar su discurso contra los judíos. Esta práctica no es nueva. De hecho, ya se tienen antecedentes desde la antigua Grecia, donde se abandonaban a los bebés con discapacidades genéticas. En 1860, tomó un nombre gracias al filósofo Francis Galton, quien, tras leer El origen de las especies, aseguró que la selección natural estaba siendo frustrada por los humanos, y que debía ser bajo su propia mano que se realizara.
Este discurso se expandió por el mundo. Llegó a haber esterilizaciones forzosas y matrimonios arreglados con el fin de mantener una supuesta raza genéticamente superior, que, en la mayoría de los casos, era la aria. Finalmente, se popularizó en la Alemania nazi. Durante este periodo se llevaron a cabo muchas prácticas eugenésicas de las que no quiero hablar, por lo doloroso de su pasado.
Ahora, ¿qué tiene que ver esto con American Eagle? Decir en un país como Estados Unidos, con el gobierno que tiene, que alguien —independientemente de que sea Sidney u otra persona— tiene buenos genes, implica que hay alguien que tiene malos genes. Y, en este caso, somos los latinos. Somos los migrantes. Somos los que no entramos en ese molde blanco, delgado y de ojos claros que históricamente ha sido vendido como el ideal.
Por eso las palabras importan. Porque no son inocentes. Porque cuando una marca habla de “buenos genes” en medio de un país que encierra niños en la frontera, que discrimina por acento, que deporta por color de piel, no está haciendo publicidad: está reforzando una ideología peligrosa. Y aunque parezca solo un juego de palabras, es exactamente, así como empiezan los discursos que luego se traducen en odio, exclusión y violencia.