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La lucha contra el crimen organizado en Floridablanca

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Resumen

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En las calles de Floridablanca, la guerra contra el crimen se libra en silencio. La Policía Metropolitana de Bucaramanga ha desatado una ofensiva sin precedentes para identificar y capturar a los actores detrás de las recientes oleadas de violencia que tienen en vilo a la comunidad. En el centro de esta estrategia, la Alcaldía de Floridablanca ha anunciado la creación de una bolsa de recompensas por 80 millones de pesos, con el fin de incentivar a la ciudadanía a proporcionar información que permita desarticular a las organizaciones criminales que se disputan el control del microtráfico en la zona.

El anuncio fue hecho por Fabián Vargas, director de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Alcaldía, quien detalló la importancia de esta medida para esclarecer los últimos homicidios y frenar la expansión de las bandas conocidas como “Los del Sur” y la de alias “Chorizo”. “Es de recordar que, a través del Fondo Territorial de Orden Público, la administración dispuso esta bolsa de recompensas, así como la publicación del listado de los más buscados en nuestra ciudad”, explicó Vargas.

El cartel de las siluetas, entregado a los medios locales, revela los alias que son el centro de las investigaciones: ‘Chorizo’, ‘Joker’, ‘Caca Nega’, ‘Biochis’, ‘Carmona’, ‘Yucas’, ‘Tayson’, ‘Ángelo’, ‘Pinocho’, ‘Nerón’, y ‘Nacho’. Estos apodos, en apariencia inofensivos, encierran el peligro latente de personajes cuya actividad delictiva se ha intensificado en los barrios Caldas, Prados del Sur, La Trinidad y Santa Elena, todos parte de la Comuna Cuatro de Floridablanca.

La disputa por el control del territorio no es nueva. Desde hace años, pequeñas bandas locales se han fragmentado y reformado, dando lugar a alianzas con grupos armados mayores, como el Tren de Aragua, que ha extendido sus tentáculos desde Venezuela. “Con esta bolsa de recompensas, lo que queremos, en primer lugar, es esclarecer los últimos homicidios que han ocurrido en la ciudad por disputa de microtráfico”, aseguró Vargas. Pero el problema no se detiene ahí. El temor entre los residentes aumenta con cada balacera y ajuste de cuentas.

Los rostros del crimen

Cada apodo en la lista representa un rastro de sangre y violencia. Alias “Joker”, uno de los más buscados, es conocido por ser un sicario despiadado, relacionado con ejecuciones selectivas en las zonas de frontera con Bucaramanga. Su rival, alias “Caca Nega”, controla el tráfico de estupefacientes en las calles estrechas de Santa Elena, valiéndose de adolescentes como “campaneros” que vigilan los movimientos de la policía y rivales.

La banda de alias “Chorizo”, en cambio, ha optado por una táctica de expansión violenta, tratando de arrebatar el control de las rutas de distribución a los remanentes de “Los del Sur”. “Cada rincón de estos barrios se ha convertido en un campo de batalla”, confiesa un líder comunal, quien prefiere permanecer en el anonimato. “Los jóvenes son los más afectados, atrapados entre la necesidad y el peligro”.

Un golpe duro

Sin embargo, el panorama no es del todo sombrío. La reciente captura de alias “Negrinis”, uno de los cabecillas del grupo delincuencial “Los del Sur”, ha sido un hito importante en esta lucha. Con el apoyo del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), la Seccional de Investigación Criminal (SIJIN) e Inteligencia Policial, las autoridades lograron cercar a “Negrinis” en un sector rural de la vereda Vericute de Floridablanca.

La operación no fue sencilla. Al notar la presencia policial, el sujeto, de nacionalidad extranjera, intentó escapar, disparando su arma para abrirse paso. La persecución terminó en una vivienda improvisada, donde fue arrestado con un arsenal digno de una guerra urbana: una pistola calibre 9mm, seis proyectiles calibre 38, una granada de fragmentación, y suficientes drogas para abastecer a decenas de adictos. Entre los estupefacientes se encontraron 60 gramos de 2CB, 200 gramos de marihuana y 100 gramos de clorhidrato de cocaína. Además, portaba un computador portátil y dos teléfonos celulares que, según la policía, contenían información clave para la investigación.

“Negrinis” no era un delincuente cualquiera. Su historial se remonta a los barrios de Caracas, Venezuela, donde era conocido como un brazo ejecutor de alias “Niño Guerrero”, líder del Tren de Aragua. Después de trasladarse al área metropolitana de Bucaramanga, se unió a las filas de alias “Brayan” y “Carnal”, quienes le confiaron el control de los sicarios en la región. Desde entonces, su nombre se ha vinculado a más de una docena de homicidios y múltiples episodios de extorsión.

La Guerra aún no termina

La captura de “Negrinis” es solo una pieza en el complejo rompecabezas del crimen organizado en Floridablanca. Las autoridades estiman que al menos otros 15 individuos, todos con alias conocidos, siguen operando desde las sombras. “Las recompensas serán pagadas en la medida en que la información que entregue el ciudadano sea relevante para el esclarecimiento de los hechos y pueda contribuir directamente a las autoridades con la identificación de estos señalados criminales”, aseguró Vargas. Con esto, la Alcaldía y la Policía esperan romper el círculo de silencio que, hasta ahora, ha impedido avanzar en las investigaciones.

Los residentes, sin embargo, no parecen del todo convencidos. “Aquí, la vida no vale nada”, murmura una vecina de Prados del Sur, mientras observa con recelo a un grupo de jóvenes que se reúnen en la esquina. “Si denuncias, te matan. Si te callas, sigue la violencia”.

El miedo y la desconfianza son los principales enemigos de esta lucha. Pero las autoridades no se dan por vencidas. En lo que va del año, la Policía Metropolitana de Bucaramanga ha capturado a 3.564 personas por delitos relacionados con el tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y a 426 por porte ilegal de armas. El decomiso de más de 1.418 kilos de sustancias ilícitas y 499 armas de fuego demuestra que el control del microtráfico se está cerrando, pero queda un largo camino por recorrer.

Las sombras aún se mueven en las calles de Floridablanca. Pero con la cooperación de la ciudadanía y la firmeza de las fuerzas del orden, la esperanza de un cambio sigue viva.

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