¿La narcoguerrilla del ELN  ha renunciado a la PAZ?

Resumen

El ELN, presente en la frontera colombo-venezolana, busca imponer su poder a través de acciones como un paro armado entre el 14 y el 17 de diciembre, reflejando su creciente implicación en actividades como la explotación minera y los cultivos ilícitos.

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¿La narcoguerrilla del ELN  ha renunciado a la PAZ?

Tres letras en cada una de las dos palabras mas destacadas de esta nota editorial del diario EL FRENTE, informan que el autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’ quiere hacerse sentir, con un paro armado que tendría duración entre el 14 y el 17 de diciembre. Varias generaciones de estudiantes universitarios que sacrificaron sus vidas, desde 1965 hasta nuestros días, por actos de vanidad personal y de arrogancia, han fallecido en la vorágine del conflicto armado y algunos sobrevivientes se han reorganizado en la región de El Catatumbo y en la vecina república de Venezuela, donde se convirtieron en aliados de la endemoniada ‘dictadura chavista’.

El expresidente de Colombia, ingeniero Virgilio Barco Vargas, quiso hacer la paz con este grupo armado en 1986, pero lo despreciaron numéricamente, porque según el mandatario ‘eran unos muchachos soñadores que querían jugar a la guerra’, cuando en el fondo albergaban la vanidad y el orgullo de querer cambiar a esta nación, que ha padecido las consecuencias de esta equivocación histórica.

Desde las instalaciones de la Universidad Industrial de Santander vimos llegar hace sesenta (60) años al sacerdote Camilo Torres Restrepo, que era director del periódico ‘El Catolicismo’, en una gigantesca caravana política,  cuando una parte del clero colombiano, perteneciente al Grupo de Golconda, liderados por Monseñor Zambrano Camader, se lanzaba a la aventura de crear una línea filosófica y guerrera, que pretendía la democratización de las universidades públicas y el cambio de las estructuras sociales de Colombia.

La vanidad de quienes fueron los precursores de la lucha armada en Colombia y especialmente en el departamento de Santander, bajo la égida del autodenominado ‘Ejército de Liberaciòn Nacional’, sacrificó la generación mas brillante de estudiantes de la UIS que, bajo las orientaciones y el pensamiento de Jaime Arenas Reyes, hubo de morir en Patio de Cemento, municipio de El Carmen de Chucurì, llevado por la ‘guerrillerada’ a una región de Santander donde los campesinos chucureños no sabían cuales iban a ser las consecuencias del conflicto. Ya se había producido en 1965 la ‘Toma de Simacota’, de la que quedan muy pocos sobrevivientes, entre ellos la famosa ‘Mona Mariela’ que años mas tarde se cambiaría de nombre y apellidos para realizar su carrera profesional como abogada y empresaria de la ganadería en algún lugar de los Llanos Orientales de Colombia.

Los rezagos de las últimas generaciones del ELN, que empuñaron las armas y se ubicaron en la frontera colombo-venezolana, ahora vuelven a mostrarse ante la opinión nacional como una fuerza armada que se dedica a explotar las minas de Coltan, en Venezuela y que ejercen dominio territorial sobre las zonas campesinas del Norte de Santander, donde se vincularon a los cultivos de coca y amapola, que son un veneno para la salud mental de las actuales y futuras generaciones.         

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