La NASA enfrenta un silencio inesperado: Sonda MAVEN dejó de comunicarse en Marte

La NASA confirmó la pérdida de comunicación con la sonda MAVEN, uno de los orbitadores más importantes para el estudio de Marte, luego de que el 6 de diciembre la nave interrumpiera su señal tras pasar detrás del planeta rojo. Aunque ese movimiento corresponde a una maniobra habitual dentro de su órbita, el vehículo no volvió a emitir telemetría una vez recuperada la línea de visión con la Tierra, lo que ha encendido alertas en los equipos de control de la agencia espacial.

Según informó la NASA, hasta el momento previo a la interrupción, todos los sistemas de la nave funcionaban dentro de los parámetros esperados. La telemetría no registró fallas ni comportamientos anómalos, lo que hace aún más desconcertante el silencio posterior. Desde entonces, la Red de Espacio Profundo no ha podido captar ninguna señal, pese a los múltiples intentos por restablecer el contacto.

La situación ha generado especial preocupación debido al papel estratégico que cumple MAVEN dentro de la red de comunicaciones marcianas. Además de estudiar la atmósfera superior del planeta, la sonda actúa como un puente que retransmite información desde los rovers Curiosity y Perseverance hacia la Tierra. Su ausencia implica una reducción en el flujo de datos y un aumento en la dependencia de otros orbitadores, lo que podría afectar temporalmente la productividad científica en la superficie marciana.

MAVEN —lanzada en 2013 y operativa en Marte desde 2014— ha sido fundamental para entender cómo el planeta perdió gran parte de su atmósfera y transformó su clima. La misión permitió demostrar que el viento solar arrastra partículas atmosféricas y acelera su fuga al espacio, un proceso que se intensifica durante las tormentas de polvo. También reveló fenómenos decisivos, como la existencia de una “cola” magnética invisible detrás de Marte, nuevos tipos de auroras y patrones detallados del plasma en la ionosfera.

Aunque ha superado ampliamente su vida útil estimada, la sonda continúa siendo una pieza clave para futuras exploraciones. Sus mediciones aportan información crítica sobre radiación, partículas cargadas y condiciones orbitales que serán determinantes para planificar misiones tripuladas.

Esta no es la primera vez que MAVEN enfrenta incidentes técnicos. En 2022 la nave pasó a modo seguro tras un fallo en sus Unidades de Medición Inercial, lo que obligó a los ingenieros a diseñar una actualización de software para recuperar el control. Sin embargo, la anomalía actual resulta especialmente desafiante porque no hay indicios claros de la causa.

Los especialistas trabajan sobre varias hipótesis, que incluyen fallas en la orientación de la antena, la entrada automática en un modo seguro no reportado o posibles interferencias derivadas de actividad solar reciente. Ninguna ha sido confirmada. En paralelo, los equipos en Tierra aplican procedimientos de recuperación que van desde ajustes en las frecuencias de escucha hasta comandos enviados a ciegas.

El valor científico de MAVEN es innegable. Sus observaciones permitieron reconstruir la transición de un Marte húmedo y posiblemente habitable hacia el desierto helado actual, aportando piezas esenciales para comprender la evolución del sistema solar. Recientemente, la sonda también captó datos del objeto interestelar 3I/ATLAS, un hito que demuestra su utilidad más allá del estudio del planeta rojo.

Por ahora, el desenlace permanece abierto. La NASA aseguró que continúa trabajando sin pausa y que divulgará nueva información tan pronto como sea posible. Mientras los controladores siguen intentando recuperar una señal, la comunidad científica espera que la nave vuelva a comunicarse y que este episodio no marque el final de una de las misiones más influyentes en la exploración marciana.