Resumen
El Alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, destaca la necesidad de apoyo del Gobierno nacional para enfrentar la inseguridad y el aumento de habitantes de calle con estrategias como el "Plan Candado", resaltando que los problemas trascienden las capacidades locales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En un amplio reportaje concedido al Diario EL FRENTE, el Alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez revela la complejidad de los desafíos que enfrenta Bucaramanga en dos temas vitales, “Plan Candado” y proliferación de habitantes de calle.
En el corazón de Bucaramanga, la seguridad de los ciudadanos y el progresivo aumento de personas habitantes de calle se han posicionado como temas centrales, entre otros no menos importantes, en la agenda pública de la Administración municipal.
El alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez, desde el inicio de su mandato, ha implementado estrategias para abordar estas problemáticas, y de estas, el denominado “Plan Candado” de las más destacadas.
Sin embargo, las percepciones ciudadanas son diversas y plantean interrogantes sobre la efectividad de las medidas tomadas. Para profundizar en estos temas, nos reunimos con el Alcalde Beltrán Martínez, en la redacción de Diario EL FRENTE, para que nos ofrezca una perspectiva detallada sobre los retos y avances en materia de seguridad y manejo de habitantes de calle en la ciudad.
Alcalde, un año del “Plan Candado”. Inicialmente fue recibido con optimismo, pero persiste la sensación de que la inseguridad no cede. ¿Cómo evalúa usted esta percepción?
“Entiendo perfectamente esa percepción. Es natural que la ciudadanía anhele resultados inmediatos, especialmente en temas tan sensibles como la seguridad. El “Plan Candado” fue concebido como una estrategia integral, y si bien en un principio generó una sensación positiva, comprendo que la persistencia de delitos alimente la percepción de que no hemos concretado los objetivos. Sin embargo, es crucial entender que las transformaciones profundas en seguridad no son instantáneas”.
Usted menciona transformaciones a largo plazo. ¿Cuál es el mayor desafío para que la ciudadanía comprenda que los resultados toman tiempo?
“El mayor desafío es cambiar la perspectiva a corto plazo. Las grandes transformaciones en seguridad, movilidad y cultura cívica no se logran en dos o tres meses. Es un trabajo sistemático y diario. Cada día acompañamos operativos, cada día estamos en las calles, combatimos diferentes frentes del delito. El resultado se dará con el tiempo, porque la cultura delincuencial no es algo que se erradique de un día para otro. No basta con una acción puntual de la Policía para que el problema desaparezca mágicamente”.

Desidia nacional y su impacto en Bucaramanga
En este proceso de implementación, ¿qué logros destacaría?
“Hemos aprendido dos cosas fundamentales. Primero, que la seguridad en los territorios es un reflejo de la visión de seguridad a nivel nacional. Es un problema que trasciende las capacidades de un Alcalde. Los Alcaldes no deberíamos luchar solos contra la inseguridad. Se necesita una visión de Gobierno nacional. La situación en Colombia es compleja; mientras a nivel local hablamos de mano dura, orden y autoridad, a nivel nacional, a veces, percibimos una desidia frente a la criminalidad”.
Sobre el cómo afectan a la capital santandereana las decisiones y la apatía en cuanto a seguridad por parte del Gobierno nacional, el Alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez señala que “lo ilustraré con una analogía. Es como un hijo que intenta organizar la casa mientras sus seis hermanos la desordenan constantemente. Por mucho que se esfuerce uno solo, si el padre no establece un orden general, la casa seguirá desorganizada. De igual manera, por muy buen gobernante que sea un Alcalde, la percepción de inseguridad se alimenta de factores externos que escapan a su control. Lo que ocurre en el Catatumbo, o los homicidios en municipios vecinos como Floridablanca o Girón, afectan directamente la percepción de inseguridad en Bucaramanga”.
Ante este panorama, ¿considera necesario cambiar las formas o priorizar los objetivos para mejorar el impacto en seguridad?
“No creo que sea necesario cambiar las formas, diría que más bien debemos unificar los objetivos. El objetivo es el mismo para todos: la seguridad. Pero la seguridad no puede ser un tema exclusivo de dos o tres Alcaldes, debe ser una prioridad nacional. El problema no es cambiar de estrategia, sino lograr que todos rememos en la misma dirección”.
¿Podría ejemplificar cómo esa falta de alineación nacional obstaculiza sus esfuerzos locales?
“Claro, hay ejemplos concretos. Mientras nosotros establecemos decretos para prohibir el consumo de drogas en espacios públicos, a nivel nacional se promueve o patrocina el consumo de droga ‘controlada’. Cuando le decimos a la Policía que requise a jóvenes en zonas de comercio para prevenir delitos, desde el Gobierno nacional se prohíbe “raquetear” a los jóvenes. Entonces, estamos en una constante contradicción. Es muy fácil hablar de seguridad desde la comodidad de un escritorio, pero cuando uno sale a coordinar acciones con Policía, Ejército, Migración Colombia, CTI, Gaula, Fiscalía, y la respuesta es “no estamos autorizados” o “no podemos”, es frustrante. Estamos maniatados”.

Habitantes de Calle convertidos en problemas de salud pública
Otra de las graves problemáticas de la ciudad de Bucaramanga es el aumento, preocupante, del número de habitantes de calle, hombres y mujeres, lo cual impacta de forma negativa en la misma presentación de la ciudad y la percepción de mayor inseguridad.
Ese crecimiento de habitantes de calle se ha convertido en un problema de salubridad pública y afecta la imagen de la ciudad. Recientemente, un editorial de Diario EL FRENTE visibilizó esta problemática, lo cual generó un debate necesario.
El Secretario de Desarrollo Social de Bucaramanga, Iván Torres, en una entrevista concedida a un medio radial planteó una situación preocupante y es que a los recicladores les cambian lo que recogen por drogas en los lugares de acopio.
Alcalde, si se tiene conocimiento de estos lugares, ¿por qué no se toman acciones como allanamientos?
“Actuamos, y le puedo mostrar numerosas capturas relacionadas con este fenómeno, más de 35. Sin embargo, la realidad es compleja. Mientras capturamos a uno d ellos expendedores de drogas, otro surge en su lugar. Además, se instrumentaliza al habitante de calle. Hoy en día, los habitantes de calle tienen una nueva ley que los cobija, lo que impide llevarlos a centros de paso contra su voluntad. Antes era más sencillo, pero ahora es inconstitucional y conlleva problemas jurídicos.
El habitante de calle se ha convertido en un reciclador ilegal. No recicla para trabajar, sino para consumir (alucinógenos). Su forma de reciclar es destructiva. Rompen bolsas de basura, esparcen los residuos en las calles. No es un reciclaje formal, sino ilegal, patrocinado por el consumo de drogas. Hemos atacado este fenómeno, pero migra rápidamente. Los lugares de compra de material reciclable se mueven, eso dificulta el control de las autoridades.
Este es un problema de salud pública. ¿Cómo enfrentar esta situación, especialmente en zonas críticas del centro de Bucaramanga?
“Lo vemos como un problema de salud pública que afecta la imagen de la ciudad. Zonas como la carrera 36, entre las 6:00 y las 8:00 de la noche son críticas. En esas dos horas, los comercios sacan la basura, principalmente cartón y papel, que es lo que buscan los habitantes de calle y los recicladores. Para combatir esa ilegalidad hemos implementado rutas de reciclaje contratadas por la Alcaldía para que los locales comerciales no saquen la basura a la calle, sino que la entreguen directamente a las empresas de reciclaje. Pero, siendo honesto, es más fácil ‘cuadrar 50 micos para una foto’ que cambiar hábitos arraigados. Se necesita tiempo para lograr un cambio cultural profundo”.
Alcalde, usted ha sido criticado por acciones como “repartir papelitos” en el caso del cartel de los más buscados, mientras la ciudad parece caótica. ¿Cómo responde a estas críticas?
“Es fácil criticar desde la comodidad de un sofá, viendo las noticias. No se imaginan el trabajo que hay detrás incluso de “repartir un papelito”. Si uno no sale a la calle, a dar la cara a la gente, no gobierna. Es muy sencillo hablar de gobernabilidad desde la comodidad, pero poner orden y entender la complejidad de la problemática de la ciudad, requiere presencia y acción constante. Invitamos a la ciudadanía a comprender la magnitud del desafío y a sumarse a la construcción de una Bucaramanga más segura y ordenada, que entienda que los cambios profundos toman tiempo y requieren del esfuerzo conjunto de todos”.