Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Desde que se inició el mandato del Gobernador Juvenal Díaz Mateus, en Santander, uno de sus pilares en los que apuntaló el programa de gobierno fue la seguridad de toda la región, pero esto se ha dilatado porque debido al éxito de la Operación Candado, liderada por el Alcalde Jaime Andrés Beltrán, desde la Gobernación se decidió respaldar y reforzar esta iniciativa de forma total.
No sólo para Bucaramanga, sino para toda el Área Metropolitana, situación que ha ocasionado el descuido de otras zonas en donde la criminalidad se ha enraizado y convertido en centro de operaciones y de consumación de todo tipo de delitos, pero donde todo se ha salido de control es en la seguridad del Distrito de Barrancabermeja, zona que con setenta y dos muertos este año, asesinados de distintas formas, la mayoría por sicariato, causa terror entre sus habitantes y los visitantes.
No han valido los inútiles consejos de seguridad porque no se han logrado resultados contundentes una vez aplicadas las medidas que se toman en cada reunión, tampoco se han logrado capturas significativas de los autores, tanto materiales como intelectuales, de estos asesinatos y mucho menos, se han desarticulado las empresas criminales que se han tomado la zona sin oposición alguna por parte de la Fuerza Pública.
Desde la Gobernación del Santander deben adoptarse políticas de seguridad y de garantía de la vida para la ciudadanía, porque ya no es el arraigado temor en el Puerto Petrolero, sino que esta zozobra se extiende por toda la zona del Magdalena Medio y el temor de que vuelva la época donde secuestros, extorsiones, asesinatos, desplazamientos, desapariciones y despojo, eran pan de todos los días, está latente en una población cada vez más huérfana de protección oficial.
La seguridad en Santander no sólo es para el Área Metropolitana, esta debe ser, de la misma forma, para todos los municipios y con resultados efectivos, acciones eficaces y políticas eficientes que les devuelvan la tranquilidad a todos los pobladores.
Se requieren urgentes medidas y certeras acciones, porque tenemos otro Catatumbo a la vuelta de la equina y, en lo transcurrido del presente año, el crimen ha crecido de forma inmisericorde, con lo cual se espera que no se les salga de las manos con decisiones blandas y tardías.
Esas acciones decisivas se deben acompañar con el Ministerio de Defensa Nacional y Presidencia de la República, para que los llamados consejos de seguridad no se queden en sentada a manteles e intercambio de anécdotas, sino que conviertan en verdaderas máquinas para erradicar el crimen y a sus actores de la región.
