La seguridad será el eje transversal de la administración en ‘La Ciudad Bonita’

Cristian Portilla asumió como Alcalde de Bucaramanga por dos años

Durante su discurso de posesión el tono fue de solemnidad, con anuncios concretos y decisiones que, según afirmó, no admitirán dilaciones y especificó que su mandato tendrá tres pilares vitales para la ciudad.

Con la posesión de Cristian Fernando Portilla Pérez, como Alcalde de Bucaramanga, se abrió un nuevo ciclo político para la capital santandereana con un mensaje directo, el  cual se centra en la continuidad del proyecto de gobierno de Jaime Andrés Beltrán.

En su acto de posesión como alcalde, realizado este miércoles 17 de diciembre, Portilla Pérez fijó desde su discurso las prioridades que marcarán su administración, enfocadas en tres pilares fundamentales como recuperar la seguridad en las calles, ordenar una movilidad colapsada y restablecer la moral ciudadana en una capital golpeada por el deterioro institucional y la pérdida de confianza en lo público.

Anunció la continuidad y fortalecimiento del denominado Plan Candado, una estrategia de “mano dura contra el delito y oferta real de oportunidades” que apunta a golpear de manera focalizada a las estructuras criminales que operan en la ciudad.

Un proyecto heredado

El esquema se sustentará en la utilización de mapas de calor para concentrar el pie de fuerza en los puntos de mayor incidencia delictiva y enfrentar a bandas identificadas como San Rafa, Los del Sur y Los Villas, responsables de buena parte de los hechos de violencia urbana y se complementará con una inversión clave en tecnología.

El Alcalde confirmó la ejecución de un proyecto heredado de la administración anterior, que contempla una inversión inicial de 7.500 millones de pesos, gestionada mediante el Decreto 724 de 2025, para el fortalecimiento tecnológico de la Policía Metropolitana.

Los recursos permitirán avanzar en la creación del CEGES, un Centro Especializado de Tecnología dotado con sistemas de reconocimiento facial y herramientas de monitoreo en tiempo real, con estándares comparables a los centros de comando existentes en ciudades como Medellín y Barranquilla.

Parques sin consumo

Otro de los anuncios que concentró la atención fue la decisión de volver a prohibir el consumo de sustancias psicoactivas en los parques de la ciudad. Portilla anticipó que expedirá un decreto que ordene el retiro de consumidores de estos espacios públicos, bajo el argumento de que su presencia afecta de manera directa a niños, adolescentes y familias.

La medida revive una controversia jurídica reciente, luego de que el Tribunal Administrativo de Santander anulara un decreto similar expedido en 2024. El alcalde, en su condición de abogado, sostuvo que su administración abordará este escenario con un enfoque jurídico distinto.

Reconoció que la Corte Constitucional protege el libre desarrollo de la personalidad, pero afirmó que su Gobierno priorizará los derechos de los menores y el interés superior de la familia como principios prevalentes.

Obras para desembotellar la movilidad

La movilidad apareció como el tercer gran frente de acción y, quizá, el mayor desafío de su mandato. Portilla reconoció que Bucaramanga enfrenta una crisis estructural en su sistema de transporte y en su red vial, producto de años de improvisación y decisiones inconclusas.

Frente a este panorama, anunció que la solución pasa por ejecutar obras de gran impacto que ya cuentan con planificación técnica y que se concentrarán en los dos primeros años de gobierno.

Entre los proyectos estratégicos destacó la Troncal Norte-Sur, concebida para aliviar la congestión crónica de la carrera 27. La iniciativa se desarrollará en tres fases y contempla intervenciones clave en el norte, con el tramo Virgen–La Cemento y la conexión hacia Las Cigarras, y en el sur, mediante la Conexión Vial Diamante 2.

Portilla Pérez aseguró que los estudios, diseños y procesos de gestión predial ya se adelantaron, lo que permitirá iniciar la ejecución a partir de 2026 y 2027, con el compromiso de entregar soluciones viales antes de concluir el periodo constitucional.

Una etapa de grandes definiciones

En cuanto al sistema de transporte masivo, el nuevo alcalde no ocultó el diagnóstico crítico. Recordó que Metrolínea fue recibido en quiebra y que el Gobierno Nacional no autorizó su liquidación, lo que obligó a adoptar medidas transitorias para evitar el colapso total del servicio.

Entre ellas, el alquiler de doce buses que hoy sostienen de manera precaria la conectividad del sistema. Portilla marcó distancia frente a las estrategias de represión contra el transporte informal.

Planteó un enfoque de oportunidades que incluye la caracterización de los conductores y la articulación con el sector privado para facilitar su vinculación al empleo formal.

Según afirmó, la salida a la crisis del transporte no puede sustentarse en la persecución, sino en alternativas sostenibles que dignifiquen el trabajo y recuperen la confianza de los usuarios.

El Alcalde delineó una hoja de ruta que combina autoridad, inversión y decisiones de alto impacto político. El mensaje central fue que Bucaramanga entró en etapa de definiciones, en la que seguridad, orden y obras dejarán de ser promesas.