Resumen
La autopsia de Matthew Perry reveló que murió por "efectos agudos de ketamina". Perry estaba recibiendo terapia de infusión de ketamina para tratar la depresión. Sin embargo, fue suministrada de forma ilícita en dosis muy altas, contribuyendo a su muerte.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Una autopsia realizada el pasado jueves reveló que la causa del fallecimiento del icónico actor Matthew Perry fueron los "efectos agudos de la ketamina". Este hallazgo ha puesto bajo el foco la terapia de infusión de ketamina a la que Perry se estaba sometiendo antes de morir, un tratamiento cada vez más utilizado para tratar la depresión resistente a otros medicamentos.
La ketamina, un anestésico que también se usa en la medicina veterinaria, ha ganado popularidad en los últimos años como tratamiento para la depresión, especialmente en casos donde los antidepresivos tradicionales no han sido efectivos. Se administra el fármaco por vía intravenosa en dosis controladas, más bajas que las utilizadas para la anestesia. Según expertos como el profesor Rupert McShane, psiquiatra de la Universidad de Oxford, la ketamina podría "desactivar áreas del cerebro involucradas en la decepción", lo que explica su potencial para aliviar los síntomas de la depresión. Además, algunos estudios sugieren que la ketamina podría ayudar a revertir la poda sináptica, un proceso en el cual las conexiones neuronales disminuyen, fenómeno que se asocia con el estrés crónico y la depresión.
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Perry, conocido por su papel como Chandler Bing en "Friends", había sido abierto sobre su lucha contra el abuso de sustancias. A pesar de los beneficios potenciales de la terapia de infusión de ketamina, el forense concluyó que esta no fue la causa de su muerte. En cambio, se descubrió que la ketamina fue suministrada de forma ilícita, en dosis mucho más altas que las recomendadas para el tratamiento. El informe forense reveló que Perry había recibido al menos 27 inyecciones de ketamina en los días previos a su muerte, lo que llevó a niveles peligrosamente altos de la droga en su sistema. La última sesión de infusión controlada había tenido lugar más de una semana antes, momento en el cual los efectos de la ketamina ya deberían haberse disipado.
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Aunque la terapia de infusión de ketamina ha demostrado ser efectiva en muchos pacientes, no está exenta de riesgos. Incluso bajo supervisión médica, los pacientes pueden experimentar efectos secundarios, como aumento del ritmo cardíaco, presión arterial elevada, y en algunos casos, confusión y agitación, que pueden llevar a autolesiones involuntarias. A largo plazo, el uso crónico de ketamina se ha relacionado con daños en la vejiga y el hígado. Los expertos advierten que aunque la ketamina puede ser un salvavidas para quienes sufren de depresión severa, su administración debe ser rigurosamente controlada para evitar el riesgo de abuso y adicción.
Cinco personas, incluidos dos médicos, el asistente de Perry, y un presunto traficante de drogas, han sido acusados de suministrar la ketamina de forma ilícita. Los fiscales sostienen que estas personas se aprovecharon de las tendencias adictivas de Perry, lo que condujo a su muerte prematura.
