Resumen
Familiares de víctimas del accidente de autobús de Cootransmagdalena en 2019 siguen luchando por justicia y compensación. La compañía no ha cumplido sus promesas y la audiencia del 20 de septiembre es crucial para el futuro de su demanda.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)¿Habrá justicia?
Familiares de los afectados esperan respuestas contundentes de la justicia para evitar que se caiga en la impunidad con el pasar de los años.
En un grisáceo día de Junio, el sol apenas se asomaba entre nubes pesadas cuando un autobús de la empresa Cootransmagdalena se deslizó fuera de control en la carretera que une Sabana de Torres con Bucaramanga. El trágico suceso, ocurrido en 2019, ha dejado una estela de dolor y desesperanza en las familias afectadas. Mientras el tiempo pasa, la búsqueda de justicia se mantiene como una herida abierta para los que sobrevivieron y para los que perdieron a sus seres queridos.
Luzdrey Méndez Peña, cuyo padre, José Antonio Méndez, falleció en agosto de 2024, enfrenta el dolor de la pérdida con una mezcla de rabia y tristeza. Su relato es un grito desesperado por justicia, un eco de la tragedia que aún resuena en su vida. En una conversación con EL FRENTE, Luzdrey recuerda cómo su padre, un hombre de edad avanzada que trabajaba en el campo para sostener a su esposa discapacitada, abordó el autobús para cobrar su pensión de adulto mayor.
El grave accidente
"Mi papá iba en el bus, nosotros creemos que el conductor estaba hablando por teléfono, como dijeron otros pasajeros que también salieron heridos", cuenta Luzdrey, con voz cargada de dolor. El accidente, según su relato, ocurrió a alta velocidad en una mañana lluviosa, lo que contribuyó a que el vehículo se deslizara y volcara.
Las consecuencias para José Antonio Méndez fueron devastadoras. Las heridas que sufrió fueron extremas: tres costillas rotas, una oreja rasgada, tres lesiones en el cerebro, un brazo dañado y un dolor constante en el pecho. Luzdrey y su familia intentaron todo lo posible para tratar de aliviar su sufrimiento. "Lo llevamos mucho al médico. Nos decían que ya no se podía hacer nada", recuerda.
El sufrimiento de Méndez no solo se debió a las heridas físicas, sino también al impacto emocional que la tragedia tuvo en su vida. "Mi papá murió esperando justicia", afirma Luzdrey. La empresa Cootransmagdalena, responsable del autobús, prometió inicialmente compensar a los afectados, pero nunca cumplió con su palabra, según los afectados. Luzdrey y su familia se encontraron con un muro de indiferencia cuando intentaron obtener ayuda. "Nunca nos dieron ni un peso. Nos hemos visto obligados a buscar justicia por nuestra cuenta", añade, con visible frustración.
El accidente de 2019 no solo afectó a la familia Méndez. Más de 15 pasajeros resultaron heridos en el siniestro, y muchos de ellos siguen luchando con secuelas físicas y emocionales. Según el reporte de Alain Gómez, habitante de Sabana de Torres, los heridos fueron atendidos en el Hospital Integrado de la localidad. Entre ellos había adultos y niños, y aunque ninguno de ellos falleció, las heridas fueron graves y duraderas.
El bus había salido de Sabana de Torres a las 5:00 de la mañana con destino a Bucaramanga. Sin embargo, el viaje se tornó en pesadilla cuando, debido a las lluvias intensas y a posibles fallas mecánicas, el conductor perdió el control del vehículo. "El pavimento estaba liso, y eso contribuyó al accidente", informó el Mayor Carlos Sanguino, comandante del Distrito 6 de la Policía de Santander en su momento.
La tragedia dejó una profunda marca en la comunidad. Varios de los heridos todavía enfrentan problemas de salud, y las secuelas del accidente continúan afectando sus vidas. Para muchos, la falta de apoyo por parte de la empresa de transporte ha sido un golpe adicional a su ya inmenso sufrimiento.
"Hay varios heridos que siguen mal desde entonces. Todos pagaron su pasaje y, sin embargo, la empresa no se dignó a ayudar", dice Luzdrey, mientras describe la batalla legal en la que se ha visto envuelta su familia. "Mi papá siempre me decía que quería que la empresa le respondiera, que se hiciera justicia. Y ahora, cuatro años después, estamos aún esperando", agrega con tristeza.
Un dolor que no para
La batalla de la familia Méndez ha sido ardua y llena de obstáculos. Luzdrey ha tenido que gastar grandes sumas de dinero en abogados sin ver resultados concretos. La empresa habría intentado anular las demandas, lo que ha añadido más complicaciones a un caso que ya era suficientemente doloroso.
"Mi mamá llora todos los días por mi papá. Ella está ciega y dependía de él. Ahora, con él fallecido, la situación se ha vuelto insostenible. Yo debo trabajar para mantenerla y asegurarme de que tenga todo lo que necesita", explica Luzdrey. El dolor y el sufrimiento de su madre, sumado a la falta de justicia, han convertido sus días en una lucha constante.
La historia de la familia Méndez es un reflejo de las realidades que enfrentan muchas personas tras un accidente de tránsito. Mientras la empresa Cootransmagdalena parece desentenderse de sus responsabilidades, las víctimas continúan luchando por recibir el reconocimiento y la compensación que merecen.
A medida que se acerca la audiencia dispuesta para este viernes 20 de septiembre que podría decidir el futuro de su demanda, Luzdrey y su familia mantienen la esperanza de que se haga justicia. Su historia es un llamado a la conciencia, un recordatorio de que detrás de cada accidente hay vidas rotas y una necesidad urgente de rendición de cuentas. Mientras tanto, la búsqueda de justicia continúa, con el eco del dolor resonando en cada paso de su interminable batalla.