La tragedia en Calarcá: pregunta premonitoria de un estudiante que anticipó el desastre
Resumen
Un accidente en la vía Calarcá-Cajamarca cobró la vida de diez personas tras una visita académica. Un estudiante preguntó por la falta de rampas de emergencia, una pregunta que ahora resuena trágicamente, mientras la velocidad y fallas mecánicas son investigadas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El sábado 24 de mayo, un grave accidente en la vía Calarcá-Cajamarca cobró la vida de diez personas: siete estudiantes y tres funcionarios de la Universidad Von Humboldt de Armenia.
El grupo regresaba de una salida académica al Túnel de la Línea, una actividad pedagógica que terminó en tragedia y dejó un profundo dolor en la comunidad universitaria y en todo el país.
Los jóvenes, pertenecientes a los semestres primero, tercero y quinto, realizaban una visita técnica con el propósito de conocer los detalles de construcción y operación del corredor vial más importante de la región andina.
Sin embargo, lo que debía ser una jornada de aprendizaje terminó marcada por un accidente fatal cuando el bus en el que se movilizaban perdió los frenos al llegar al sector del Puente Helicoidal, en la vía Calarcá-Cajamarca.
El siniestro dejó una escena devastadora: varios pasajeros salieron expulsados del vehículo tras el choque contra la baranda del puente.
Entre ellos estaba Yeison Andrés Parra Giraldo, uno de los estudiantes que falleció tras caer al abismo. Minutos antes de la tragedia, su voz se alzó con una pregunta que hoy retumba con un tinte trágicamente profético.

Según Juan Camilo Trejos, uno de los sobrevivientes del accidente, Yeison había preguntado a una ingeniera de Invías, quien acompañaba la visita académica, por qué el corredor vial no cuenta con rampas de emergencia para detener vehículos que pierden el control por fallas mecánicas.
Esta medida de seguridad, común en carreteras de alta pendiente, permite reducir el riesgo de accidentes cuando un vehículo se queda sin frenos.
La respuesta de la funcionaria fue técnica, pero insuficiente ante lo que ocurriría horas después.
Explicó que la instalación de esas rampas es un proceso complejo, pues requiere estudios de suelo detallados, dado lo inestable del terreno montañoso. El argumento, aunque válido desde la ingeniería, quedó desdibujado frente al desenlace fatal.
Trejos relató que, ya de regreso a Armenia, el conductor del bus advirtió que el vehículo comenzaba a presentar fallas en el sistema de frenos.
El profesor que viajaba como copiloto pidió a los estudiantes que se sujetaran con fuerza. El bus terminó estrellándose contra la baranda del puente, pero el impacto no logró detenerlo del todo. La fuerza del choque arrojó a varios ocupantes al vacío.
Yeison cayó desde una altura de entre 18 y 20 metros. Su compañero lo encontró con vida entre los escombros. A pesar de sus graves heridas, logró intercambiar algunas palabras antes de perder el conocimiento.

No hubo tiempo ni medios para salvarlo.
Las causas del accidente están bajo investigación. La Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía señaló que el vehículo se desplazaba a una velocidad superior a la permitida, lo que pudo agravar la situación tras la falla mecánica.
La general Susana Blanco, directora del organismo, confirmó que la vía tiene un límite de velocidad de 80 kilómetros por hora y que las pruebas indican un exceso por parte del conductor.
Otra irregularidad se suma al caso. El bus accidentado no era el inicialmente contratado por la Universidad.
De acuerdo con los testimonios, el vehículo asignado presentó problemas con las llantas y fue reemplazado a última hora por otro, el cual finalmente protagonizó el accidente.
Las víctimas de esta tragedia ya tienen nombre: Thylan Marín, Juan José Restrepo, Deiver Felipe Vargas, Anyie Milena Ocampo, Yeison Andrés Parra, Luis Enrique Valencia, Andrés Felipe Villero, Jorge Iván Ocampo, Daniel Felipe Arias y Alejandro Villada.
Todos regresaban de una jornada académica que debía enriquecer sus conocimientos, pero que acabó sellada por el dolor, la pérdida y una pregunta que ahora cobra una dimensión trágica.