La Universidad Industrial de Santander llega a Saravena
Resumen
En un evento histórico, la Universidad Industrial de Santander ha iniciado actividades académicas en Saravena, Arauca, brindando educación superior pública en un área históricamente descuidada, y ofreciendo nuevas esperanzas a jóvenes que enfrentaron obstáculos para asistir a clases.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En medio del barro, la lluvia persistente y los caminos intransitables por las crecientes, un grupo de jóvenes con botas de caucho y mochilas al hombro marcó el inicio de una nueva etapa para Saravena. Lo que parece una escena común en medio del invierno que azota al departamento de Arauca, en realidad es un hecho extraordinario: por primera vez, la Universidad Industrial de Santander (UIS) inició actividades académicas en este municipio, abriendo un espacio de educación superior pública en un territorio históricamente olvidado por el sistema educativo nacional.
Esta apuesta, que comenzó la semana pasada con el curso concurso de la UIS en Saravena, no solo representa un hito institucional, sino también un acto de resistencia y esperanza para cientos de jóvenes que, hasta ahora, veían la universidad como un sueño lejano, muchas veces inalcanzable. Los 50 estudiantes que lograron llegar a clase este martes, de los 130 preseleccionados, no lo tuvieron fácil. Algunos caminaron largos trayectos, desafiaron trochas convertidas en pantanos y lluvias implacables, pero ninguno permitió que las condiciones climáticas les arrebatara esta oportunidad.
El módulo de Lectoescritura fue el primero en desarrollarse, en un aula improvisada pero colmada de ilusiones. En las siguientes semanas, vendrán Ciencias Naturales y Matemáticas. Este proceso, que culminará con una prueba clasificatoria el próximo 11 de julio, permitirá seleccionar a los admitidos para los tres programas que la UIS ofrecerá en Saravena a partir del 4 de agosto. Es, sin duda, el inicio de una nueva historia.
Un esfuerzo colectivo que abre caminos

“Es un proyecto ambicioso, interesante, propositivo, que lleva luces, unas vías para que los estudiantes que se han graduado de undécimo tengan la oportunidad de pensar en cómo adelantar sus estudios superiores en una región donde no había esta propuesta”, explicó Jorge Villamizar, gestor UIS en Territorios, quien ha liderado esta iniciativa desde la universidad.
La puesta en marcha de esta iniciativa ha sido posible gracias a la articulación entre la Gobernación de Arauca, la Alcaldía de Saravena, el Ministerio de Educación, el Gobierno Nacional y la propia universidad. En un país donde las alianzas interinstitucionales no siempre son sencillas, este logro representa también un ejemplo de que la voluntad política, cuando se alinea con las necesidades del pueblo, puede generar transformaciones reales.
La presencia de la profesora Karime Vargas, de la Escuela de Idiomas, quien acompañó el primer módulo, fue otro símbolo del compromiso institucional por descentralizar la educación y llevarla donde más se necesita. Durante tres semanas, diferentes docentes se turnarán para guiar a estos jóvenes en sus primeros pasos hacia la vida universitaria, con una pedagogía que reconoce el contexto y apuesta por la calidad sin importar las dificultades.
Más allá de los nombres en las listas, este esfuerzo tiene rostro, voz y sueños. Andrés Felipe Rodríguez, uno de los estudiantes que logró llegar a clase, compartió emocionado: “Aquí, que llegue la UIS es un gran paso para la región, como Arauca, es un gran paso para las personas que pueden venir y desarrollar su estudio universitario aquí. Muchas gracias a esta universidad por esta oportunidad… doy mi más grande agradecimiento a todos”.
Lina Alejandra Mendoza Vanegas, oriunda de Saravena, se enteró de su aceptación con sorpresa y alegría. “Fue algo muy inesperado, no pensaba quedar entre los seleccionados… fue una emoción, es en serio, soy aceptada, voy a entrar. A pesar de que solo son unos cursos que voy a tomar, igual me alegro poder estar con la UIS”, expresó con la emoción que acompaña a quienes ven cómo un sueño empieza a hacerse realidad.
De los cursos a los ciclos: una apuesta por la permanencia

Aunque las lluvias no han cesado, los estudiantes tampoco. “Hoy hemos tenido muchísima lluvia, pero empezaron a llegar los estudiantes, bajo la lluvia, vinieron… es una respuesta a ese esfuerzo que lleva meses, años, con las comunidades queriendo tener educación superior. Aquí estamos”, dijo Villamizar. Porque la UIS no llegó de improviso. Esta presencia en Saravena es fruto de años de escucha, planeación y persistencia, donde la voz de las comunidades fue protagonista.
Y es apenas el comienzo. A los tres programas que arrancan en agosto se sumarán cuatro más, ya aprobados por el Ministerio de Educación. Además, se trabaja en una iniciativa de articulación entre la educación media y la superior a través del programa de Administración Agroindustrial por ciclos, que permitirá a estudiantes de grados 10° y 11° avanzar en una ruta formativa como técnicos profesionales desde el colegio.
Esta estrategia de expansión territorial de la UIS no solo busca ampliar cobertura. Su objetivo es más profundo: dignificar, incluir, hacer país desde las regiones. En zonas como Arauca, marcadas por el conflicto armado, el abandono estatal y las desigualdades estructurales, la educación superior representa mucho más que títulos o competencias. Es la posibilidad de construir un nuevo tejido social, de generar arraigo, de transformar realidades.
Ver a decenas de jóvenes llegar bajo la lluvia, embarrados pero sonrientes, resume mejor que cualquier discurso lo que significa este paso. Ellos no llegaron porque fuera fácil; llegaron porque era importante. Porque saben que educarse puede ser el punto de inflexión que necesitan para cambiar su vida y la de su comunidad.
En un país donde tantas veces se ha prometido llevar el Estado a los territorios sin resultados tangibles, la UIS demuestra que sí es posible. Que no basta con declarar buenas intenciones desde Bogotá. Que hace falta poner el cuerpo, desplazarse, adaptarse a los contextos y construir desde la diferencia.
Saravena, por fin, tiene universidad. Y aunque la infraestructura aún sea modesta, el barro sea una constante y las inclemencias del clima no den tregua, hay algo que se siente claro en el ambiente: aquí empezó algo grande. Una generación que, contra todo pronóstico, se forma desde su territorio para transformar su territorio.