Le soltaron los perros al Congreso de la República

Después de haber violado tantas veces la Constitución Nacional y las leyes de la República de Colombia, con la convocatoria a los pueblos indígenas que han recibido el curso de 'Milicias al servicio de la presidencia de Colombia', el presidente Gustavo Petro Urrego ataca sin cesar a los parlamentarios que no se dejaron seducir por los contratos que les ha ofrecido el gobierno, pretendiendo corromper a toda la rama legislativa del poder público, para arruinar las instituciones democráticas y acabar con el derecho a la propiedad, como ha sido su propósito de convertir a todos los colombianos en 'pobres absolutos'.

El desafío del presidente Gustavo Petro a los empresarios para colocarle mayores cargas laborales, es la amenaza de un dictador en ciernes, que engaña al país, repartiendo subsidios con los dineros del estado colombiano, donde las instituciones que fueron los pilares de la democracia, están en riesgo de desaparecer.

La reforma laboral para crear la 'Dieta de la menstruación' para las mujeres que, por derecho natural, tienen que cumplir con las condiciones físicas que les diera la madre naturaleza, no puede convertirse en una obligación para los empresarios que están sufriendo las consecuencias de un tratamiento despiadado, de quien fuese un guerrillero con las armas en la mano y ahora viene a darnos lecciones de democracia incapaz de gobernar a Colombia, el presidente de la república ha establecido extrañas alianzas con los grupos armados ilegales y ha degradado a las fuerzas militares y

de policía, que han tenido que soportar los improperios y las agresiones físicas de la guacherna terrorista de todos los grupos armados ilegales, que se multiplican con el espejismo de obtener la amnistía y el indulto por los crímenes cometidos en las zonas campesinas del país y por los asesinatos selectivos que desde los cuatro puntos cardinales han convertido a Colombia en un inmenso cementerio.

En su alocución presidencial, el exjefe guerrillero Gustavo Petro azuza al pueblo de Colombia para que vuelva a salir a las calles a tirar piedra y a destruir estaciones de policía como lo hicieron hace tres años, desde centros universitarios en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Cúcuta.

La 'Paz total' ha sido un negocio de la familia presidencial para conseguir millonarias sumas de dinero entregados por los carteles del narcotráfico, para buscar y conseguir el indulto y la amnistía que les fue concedida de manera disimulada, para bandidos de la peor laya, que ahora son 'gestores de paz'.

Era el compromiso de legalizar las donaciones de los contrabandistas y narcotraficantes, a cambio de la política de 'La Paz Total', donde los grupos armados ilegales se hicieron la ilusión de lavar sus inmensos capitales consignados en los paraísos fiscales del mundo, obtenidos a través de la legalización de los cultivos de coca y amapola, que han sido suficientes para comprar hasta la presidencia de la república.