Resumen
El autor critica la falta de coherencia de los integrantes del Pacto Histórico en Colombia, y se centra específicamente en el concejal Jorge Edgar Flórez Herrera. Según el autor, Flórez ha mostrado un comportamiento agresivo y arrogante, olvidándose de su papel como defensor de los más débiles.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Si hay algo que los colombianos le reclaman a la mayoría de los integrantes del Pacto Histórico, es que tengan un poquito de coherencia a la hora de actuar frente a lo que tanto le reclamaban a quienes en su momento estuvieron en el poder. Llegaron prometiendo que después de 200 años habría un cambio, pero en cuestión de meses de ocupar los espacios que jamás habían tenido, son peores que los que a punta de lanzas, picas, espadas y alanos españoles por poco y acaban con la población indígena que encontraron en estas tierras en ese mismo tiempo atrás.
Por: Oscar Jahir Hernández Rugeles
La única diferencia es que estos personajes cambiaron las armas por micrófonos, redes sociales y discursos llenos de mentiras y promesas irrealizables. Un buen ejemplo de esto es el comportamiento que ha venido teniendo el concejal Jorge Edgar Flórez Herrera en el Concejo de Bucaramanga, donde de la noche a la mañana pasó de ser víctima a verdugo, demostrando con ello que aún tiene una herida abierta por el trato que recibió en una época en que no era importante para el gobierno de turno. Esas heridas, cuando no se controlan las emociones, generan múltiples resentimientos por la ira reprimida que terminan afectando el cerebro y de alguna manera modificando la personalidad.
Es por eso que hoy, cuando ahora sí resulta ser importante para los intereses de la administración de Jaime Beltrán, dejó de percibir las realidades emocionales de sus demás compañeros para enfrentarlos con una agresividad descontrolada. Razón tuvo el concejal Diego Armando Lozada cuando invitó a Flórez, en el momento en que le cercenó la intervención al concejal Carlos Parra, a que se acordara de los tiempos en que la mesa directiva pasaba por encima de él, lo denunciaban en todos los estamentos, le silenciaban el micrófono y para hacerse oír no le quedaba más que publicar carteles en el recinto, tal y como sucedió en la mañana del jueves 26 de septiembre de 2019 cuando el liberal Wilson Mora era presidente del Concejo y le impidió en varias ocasiones hablar.
El concejal Flórez hoy se defiende de esa actitud diciendo que quienes le pedían la palabra se habían ausentado del recinto, pero eso fue lo mismo que hizo Flórez ese 26 de septiembre cuando lo llamaron a lista y el presidente dejó constancia de su ausencia (Acta 137 de 2019).
Aquí no se pretende hacer un juicio de valor respecto a la persona, pero sí una crítica frente al comportamiento de Flórez como servidor público, el mismo servidor que toda la ciudad vió en las calles “luchando” para que se escuchara a los más débiles. Si todo eso se le olvidó, que se dedique a recordarlo, porque no hay nada peor que ver a un político defendiendo a un gobierno que se autodenomina de los “nadies”, mientras se dedica sistemáticamente a menospreciar con arrogancia a las minorías y a esos mismos débiles que dice defender.