Resumen
El autor critica a aquellos que obstaculizan la gobernanza del presidente Petro y amenazan la paz en Colombia. Señala a los columnistas y profesionales que parecen favorecer el conflicto y defiende la necesidad de la paz como un componente vital para la vida.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Sin duda este comportamiento humano tiene con los pelos de punta a sociólogos, antropólogos, psicoanalistas, sicólogos, zoólogos, psiquiatras, y todas aquellas ciencias que estudian el comportamiento humano, si es que a eso se le puede llamar humano. Que haya adictos a las drogas sicotrópicas, dígase cocaína, heroína, nicotina, y demás alcaloides que producen felicidad artificial, eso es ya normal en una sociedad que cada día se autoelimina de muchas maneras.
Los adictos a los juegos de azar, al sexo, a la comida. Bueno, ve tú a saber cuántas más adicciones que por ahora no ubico mi disco duro. Pero a mí personalmente, los que más me ponen a pensar son los adictos a la guerra, que equivale a decir, como el señor de las tinieblas, el Conde Drácula, adictos a la sangre humana.
No entiendo como un profesional del Derecho, de la Medicina, del Periodismo y de muchas otras disciplinas profesionales e intelectuales, estén “trabajando” a brazo partido para obstaculizar la gobernanza del presidente Petro, y en carambola de tas tas, acabar con la misérrima paz que queda en Colombia. Señor de los cielos, digo yo ¿qué piensan los señores dueños del país? Qué tienen dentro de su cerebro-mente, como dice el doctor Llinás que debe decirse.
Cómo es posible que se rebanen la masa encefálica y pasen las noches en blanco tirándole cabeza a ver, cómo se tiran la tranquilidad del país. Me destroza ver la paciencia con que le echan abono a una guerra civil. Guerra civil, que Dios no lo permita, en un país donde cabe Japón cuatro veces físicamente. Dos veces Alemania. Francia o España, cada una dos veces.
Un país habitado por 45 millones de almas mal contadas, desparramadas en un territorio de un millón y pico de Kilómetros cuadrados ¿bombardeando la paz? Señores, dónde está la lógica racional y la dialéctica de la vida. Porque van directo a un pozo de oxidación.
Columnistas de importantes medios, de cubrimiento nacional, que apelando a los peores yerros de la epistemología y del periodismo y vomitando conceptos tan asquerosos como vergonzantes del Presidente Petro, lo están haciendo: enviando la paz a los pozos de oxidación. Como si ellos fueran los Zeus del Derecho Administrativo, cuando uno se da cuenta a simple vista, que sólo son chistosos parlanchines de los dueños de los medios.
Lo berraco es que ya no sienten vergüenza. Un columnista, Maldionisio Varbas, dice llamarse, del que no se ha podido saber si es un filósofo de Macondo o un francés de Puebloarrecho, vociferando decires coprológicos acerca del presidente de una manera irresponsable, que lo único que logra es aterrorizar a la gente con sus hedientas cabronadas. Y lo peor es que no han sido capaces de comprender que en un regreso a la guerra de los mil días, a un bogotazo, por citar solo dos fracasos de la inteligencia, los que van a perder son los ricos. Los dueños de grandes negocios y almacenes. Los dueños del capital. A un pobre, paupérrimo, lleno de hijos y necesidades y aguantando hambre, y sobre todo que la mujer se haya ido con otro, le hacen es un favor súper dejándolo fuera de servicio. Señores columnistas: pongan el cerebro a funcionar.
Si hay un sector social al que menos le conviene el caos social es a los ricos. Los pobres, reitero, no tienen nada que perder y, al contrario, son muy susceptibles a ganarse la paz, pero de sus propios sepulcros. Esa columnista Maraña Chabela Llanta, que tiene el cerebro tan apanchirado como tiene el disfraz de títere, rezago de la ultraderecha franquista-fascista, disciplina “intelectual” que le aprendió con todo y formaleta a la tal Patología Hernández, le sería muy saludable que se confesará, con el Papa, y comulgará unas 80 millones de veces para que ponga en paz su alma ante Dios, en vez de estar envenenando la gente con sus pasquines periodísticos. Por qué esos semicolumnistas no entienden que la paz es un componente social tan definitivo para la vida como la comida, el agua y el aire. Regálenle eso a Colombia en el día del Periodista. Dejen gobernar al presidente.