Los miserables

Bucaramanga aun siente la pesada resaca de las últimas elecciones atípicas de la ciudad, algunos liderazgos políticos recibieron un duro golpe de realidad, precisamente porque ya no tienen nada para liderar, el candidato del partido Liberal Jhan Carlos Alvernia la última vez que puso su nombre a consideración para ser elegido alcalde de la ciudad, logro sacar 53.993 votos, esta vez el ya no tan joven candidato fue derrotado por el voto en blanco que alcanzo 5.380 votos, recuerden que los para nada confiables concejales del partido liberal, habían sacado 26.014 votos en la ultima elección, votos que no se vieron reflejados en la elección de su propio candidato.

No es la primera vez que el pirómano partido liberal ayuda a quemar su propio candidato a la alcaldía de Bucaramanga,  en la elección del año 2016 alcanzaron a tener 10 credenciales al concejo de la ciudad, su lista alcanzo 91.878 votos, Carlos Ibáñez se quemó con 72.768 votos, el ingeniero Rodolfo Hernández logro la alcaldía con 77.238, después la falta de apoyo de los concejales del Partido Liberal a su candidato les paso factura, solo uno de esos concejales ha vuelto a elegirse, esa fue una época muy soberbia de ese partido, la mayoría están vinculados a actos de corrupción en la ciudad.

Ese fue un partido con poder desbordado, desde esa época la alcaldía de la ciudad a estado parcelada, docentes, abogados, distintos profesionales tenían que pasar ese pesado filtro que a veces se convertía en peaje, esos concejales ayudaron a propiciar el desastre que hoy tenemos en Bucaramanga, es cierto, Rodolfo y Juan Carlos Cárdenas, también son responsables, pero el carnavalesco partido fue quien le dio entrada a estos personajes, recuerden que los orígenes políticos de Jaime Andrés Beltrán  fueron en el partido Liberal.

Las instituciones que debían hacer efectivo el ejercicio pleno de derechos de la ciudadanía, también fueron destruidas administrativamente hablando, gracias a ese monopolio partidista; una de esas instituciones es Bomberos de Bucaramanga, cualquier problema que tenga la ciudad, sea de seguridad, educación, salud, o servicios como el alumbrado público, se convierten en tragedia, la pésima administración de estas instituciones, las han convertido en entidades paquidérmicas, bomberos puede tener personal con experiencia, pero una tragedia como la del asentamiento del 12 de octubre donde se quemaron 51 viviendas, desbordo la capacidad de respuesta de esa institución.

En la obra de Víctor Hugo ambientada en la Paris de 1482, el Jorobado de Notre Dame, relatan como la comunidad debía apagar el incendio de su catedral a baldados de agua, seis siglos después los diarios de esta ciudad, narraban que los habitantes del asentamiento 12 de octubre, debieron ayudar a apagar el incendio de la madrugada del pasado 13 de diciembre, a baldados de agua, ni Víctor Hugo lo habría imaginado; eso es lo que sucede cuando se carnavalean los recursos de la ciudad, la irresponsabilidad administrativa los lleva situaciones insospechadas, hace poco, un abogado estaba en la nomina de bomberos, como bombero, no como abogado, consecuencias del dulce y empalagoso sabor de la corrupción y el monopolio partidista.

Fue muy Neroriano que mientras se quemaba parte del Norte de Bucaramanga, algunos candidatos tenían su ojos puestos en el día electora del 14 de diciembre, son 51 familias que sufrieron en carne propia las consecuencias de la irresponsabilidad administrativa, donde un carro escalera comprado por más de 4.000 millones de pesos, en la administración del alguna vez financiador de campañas del partido liberal Rodolfo Hernández, la canastilla de este carro escalera servía de hogar para unos gatos recién nacidos, no para apagar incendios. Todos han sido unos miserables.