Lunes de sangre en Bucaramanga y su Área Metropolitana: tres sicariatos generan alarma en la ciudadanía
Resumen
En menos de 12 horas, tres hombres fueron asesinados en Bucaramanga, Floridablanca y Piedecuesta. Las autoridades investigan un posible ajuste de cuentas vinculado al control del microtráfico.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En menos de 12 horas, en este lunes 15 de diciembre, una violenta ola de ataques sicariales cobró la vida de tres hombres en Bucaramanga, Floridablanca y Piedecuesta. Ajustes de cuentas y el control del microtráfico aparecen como las principales hipótesis de las autoridades tras una jornada marcada por las balas y el rastro de los estupefacientes.
El fin de ‘Kawai’ en la loma de Los Olivos
La ráfaga de violencia inició a plena luz del día en Floridablanca. Eran las 11:30 de la mañana del lunes 15 de diciembre cuando la tranquilidad del barrio Los Olivos se rompió. Jorge Eduardo Almeida Barajas, un hombre de 35 años conocido en el mundo delictivo como alias ‘Kawai’, fue interceptado en la vía pública mientras, presuntamente, comercializaba estupefacientes.
Sin mediar palabra, un sicario le propinó un disparo certero en el tórax. Almeida, quien según el SPOA contaba con un extenso prontuario que incluía hurto, fuga de presos e incendio, falleció en el asfalto antes de recibir auxilio. Las autoridades analizan cámaras de seguridad para rastrear al tirador, quien huyó aprovechando el caos del sector.
‘Barba’ cayó en Campo Hermoso
Al caer la noche, el escenario del crimen se trasladó al occidente de Bucaramanga. Hacia las 9:00 p.m., en la calle 48 del barrio Campo Hermoso, Jorge Armando Peña Esteban, alias ‘Barba’, fue emboscado por dos sujetos a bordo de una motocicleta XTZ 125 azul.
El parrillero descendió y descargó su arma contra Peña, impactándolo fatalmente en la frente. Junto al cuerpo de la víctima, los peritos de la Sijín hallaron 10 dosis de base de coca, lo que refuerza la teoría de un homicidio vinculado al expendio de drogas en la zona. Los agresores desaparecieron en la penumbra tras asegurar su objetivo.
Piedecuesta: siete disparos para cerrar la jornada
El último acto de esta cronología violenta ocurrió en el barrio San Antonio de Piedecuesta. Cerca de las 11:40 p.m., Harold Alexis Almeida Aguillón fue sorprendido por un sicario que, vestido de blanco y caminando con frialdad, le disparó en siete ocasiones, impactándolo en el cuello y el abdomen.
Aunque el tirador llegó a pie, un cómplice lo esperaba en una motocicleta a pocos metros para asegurar la huida. En el lugar de los hechos, la policía recolectó elementos que abren nuevas interrogantes para los investigadores:
- Una motocicleta de placas KEU-08F.
- Un teléfono celular.
- $3.045.000 en efectivo.
Las autoridades de la Policía Metropolitana de Bucaramanga han señalado que estos hechos no parecen aislados en su origen, sino que obedecen a un reacomodo de estructuras criminales y ajustes de cuentas por el control del territorio. La comunidad del área metropolitana amanece bajo el temor de una escalada de violencia que parece no dar tregua.
