Maduración in vitro de óvulos: una nueva era en la medicina reproductiva
Resumen
La nueva técnica de maduración in vitro de óvulos aprovecha células madre para reducir el uso de hormonas en la fertilización asistida, haciendo el proceso menos invasivo y más accesible, manteniendo altos resultados de nacimientos. Ideal para diversas pacientes.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Un avance científico innovador está transformando la medicina reproductiva, con una técnica que promete cambiar la forma en que las mujeres acceden a tratamientos de fertilización asistida. La maduración in vitro de óvulos, combinada con el uso de células madre, reduce la necesidad de inyecciones hormonales, ofreciendo un proceso más eficiente y menos invasivo. En exclusiva para Infobae, la Dra. Stella Lancuba, especialista en medicina reproductiva, explicó los detalles de este tratamiento revolucionario.
Tradicionalmente, la fertilización in vitro (FIV) y la congelación de óvulos han sido opciones esperanzadoras para parejas y mujeres que desean preservar su fertilidad. Sin embargo, estos procedimientos son complejos, demandantes para el cuerpo de la mujer y emocionalmente difíciles debido a la cantidad de inyecciones hormonales necesarias y los largos períodos de estimulación ovárica.
Según la Dra. Lancuba, directora médica del Centro de Investigaciones de Medicina Reproductiva (CIMER), este nuevo enfoque busca cambiar radicalmente esos paradigmas. "Lo que estamos viendo hoy es una innovación de alto impacto que ha llegado a Argentina, donde la maduración extracorpórea del óvulo, es decir, fuera del cuerpo humano, se conecta con un desarrollo completamente nuevo", explicó.
La técnica empleada por la empresa biotecnológica Gameto, cofundada por Dina Radenkovic y Martín Varsavsky, permite madurar los óvulos en el laboratorio, fuera del útero, con una mayor eficiencia. Esto resulta en una mayor tasa de nacimientos, según los estudios preliminares. Lo más innovador de este proceso es la incorporación de células madre pluripotentes inducidas (hiPSCs), que imitan el entorno natural del ovario, optimizando la maduración de los óvulos y reduciendo significativamente el uso de hormonas.
Este avance se traduce en una reducción del 80% en las inyecciones hormonales que tradicionalmente acompañan la FIV, lo que convierte el proceso en menos invasivo y más accesible para muchas mujeres. "Lo que logramos con esta nueva técnica es reducir la estimulación hormonal, minimizar el impacto físico y emocional, y mantener las mismas probabilidades de éxito clínico", afirmó Lancuba.
Además, este tratamiento resulta especialmente beneficioso para mujeres con síndrome de ovario poliquístico o aquellas con baja respuesta a las terapias hormonales convencionales, y se presenta como una opción ideal para parejas del mismo sexo y mujeres interesadas en preservar su fertilidad a través de la congelación de óvulos.
La implementación de este protocolo, conocido como MiniStim, ya ha comenzado en clínicas de fertilidad en países como Argentina, Perú y Australia, con resultados prometedores. La técnica se ha desarrollado en colaboración con instituciones académicas de renombre como la Universidad de Harvard, y se espera que pronto esté disponible a nivel global, brindando soluciones más rápidas, seguras y efectivas para una creciente diversidad de pacientes.
"Este es el comienzo de una nueva era en la fertilización asistida. Con cada avance, abrimos nuevas puertas para pacientes que antes no podían acceder a tratamientos efectivos", concluyó Lancuba, optimista sobre el impacto de esta innovación en la salud reproductiva mundial.