Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Jorge Rumié
“. (...) según todas las encuestas, el seguro ganador sería Edmundo González Urrutia, el candidato de María Corina Machado...”.
Las implicaciones geopolíticas de las elecciones presidenciales de este domingo en Venezuela son enormes y con alcances sin precedentes para Colombia y toda la región latinoamericana. El problema es que nadie sabe qué pasará. La incertidumbre es abrumadora. Quiero decir, según todas las encuestas, el seguro ganador sería Edmundo González Urrutia, el candidato de María Corina Machado, la líder opositora quien fue descalificada descaradamente por el régimen venezolano. Sin embargo, el problema es..., ¿cómo reaccionará el chavismo? Aceptarán la derrota o ejecutarán el ‘chocorazo electoral’ más apoteósico de la historia política latinoamericana, el mismo que podría chamuscar los computadores de las autoridades electorales del vecino país.
En todo caso el chavismo en Venezuela está en pánico. La devoción -diría que hasta religiosa- del pueblo hacia María Corina Machado no se veía desde los días gloriosos de Evita Perón, en Argentina. Manifestaciones multitudinarias, gente llorando con ganas de abrazarla y miles de personas saliendo a la calle a acompañarla, sin miedo a la dictadura, son los videos que inundan las redes sociales. María Corina se convirtió en la esperanza de un pueblo que quiere recuperar sus derechos civiles, recuperar su economía y recuperar a los millones de venezolanos (se calculan en 7 millones) que abandonaron su país ante el desastre social, político y económico que estaban viviendo.
Maduro no la tiene fácil. Desconocer las elecciones o no entregar la Presidencia en enero del 2025, podría precipitar el levantamiento popular de millones de venezolanos, como nunca antes se había visto y con consecuencias gravísimas para el régimen. Basta revisar la historia para recordar los casos de Ceausescu en Rumania, Stroessner en Paraguay, Videla en Argentina o Gadafi en Libia, donde el pueblo se cansa ante el dictador y se producen levantamientos multitudinarios que hacen imposible detener las protestas y donde las fuerzas militares -parcial o totalmente- salen a respaldar el clamor popular. Las fuerzas armadas en Venezuela están en deuda con su gente y muchos de sus integrantes están esperando el momento adecuado para enmendar tamaña injusticia.
Ya Lula, el presidente de Brasil, tomó partido y se pronunció con los argumentos de un demócrata: “Maduro necesita aprender que cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”. Seguro hizo el comentario ante las recientes declaraciones de él: “Si pierdo habrá baños de sangre en Venezuela”. Petro, callado.