Menos excusas, más acción: Colombia tiene que reciclar
Resumen
Colombia genera más de 11 millones de toneladas de residuos anualmente, pero solo el 17 % se recicla. Esto implica un desafío ambiental y económico urgente, agravado por el aumento global proyectado del 70 % en la producción de desechos en las próximas tres décadas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Cada año, Colombia genera más de 11 millones de toneladas de residuos, de los cuales casi el 40 % son aprovechables. Sin embargo, apenas el 17 % se recicla, según el Informe Nacional de Disposición Final de Residuos Sólidos. Esta brecha representa un grave desafío ambiental, social y económico para el país, especialmente en un contexto donde se estima que, a nivel global, la producción de desechos aumentará en un 70 % en los próximos 30 años.
Los efectos de una gestión inadecuada de residuos son múltiples: contaminación del agua, el suelo y el aire; incremento de enfermedades; afectación a la fauna y pérdida de recursos. Además, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que los costos globales de la mala gestión de residuos superan los 361.000 millones de dólares, y podrían duplicarse para 2050 si no se toman medidas urgentes.
El sector empresarial juega un papel clave en la transformación hacia una economía circular. Un ejemplo destacado en Colombia es el programa Camino a la Circularidad, de la empresa Cruz Verde. Desde su implementación en 2019, la iniciativa ha permitido aprovechar más de 2.000 toneladas de residuos, ahorrar más de 83 millones de litros de agua y alcanzar un 51 % del objetivo de cero residuos a relleno sanitario para 2030.
En 2024, el programa se amplió a 92 puntos de venta en todo el país, con la entrega directa de residuos aprovechables a 10 asociaciones de recicladores. Esto no solo ha mejorado el impacto ambiental, sino que también ha fortalecido el tejido social, formalizando la labor de los recicladores y generando nuevas oportunidades de empleo.
¿Qué pueden hacer las familias?
A nivel individual y comunitario, la adopción de hábitos de consumo responsable es crucial. Reducir la compra de productos innecesarios, optar por alternativas reutilizables y educar sobre la correcta separación de residuos son pasos fundamentales. Además, participar en programas de reciclaje, apoyar a asociaciones locales y conocer el sistema de recolección de residuos de cada municipio permite una gestión más eficiente.
Clasificar adecuadamente los desechos, evitar el uso de plásticos de un solo uso y entregar los residuos electrónicos en puntos autorizados son prácticas que marcan la diferencia.