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Metrolínea, sin rumbo ni ruta

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Resumen

El Sistema de Transporte Masivo Metrolínea, iniciado en 2010, enfrenta problemas por malas proyecciones y falta de personal idóneo. Debido a una deuda superior a $144.000 millones, se considera su liquidación. Está en discusión un plan de salvamento.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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El Sistema de Transporte Masivo Metrolínea, que iniciara sus actividades en marzo de 2010, creado como una necesidad latente de dar un toque de modernidad y de paso solucionar el problema de movilidad vehicular, disminuyendo la accidentalidad y la polución de un buen número de buses que pese a ello y a decir verdad, prestaban un excelente servicio público que cubrían con sus rutas la totalidad de los barrios de la zona metropolitana, los cuales salieron en su gran mayoría para dar paso a este ‘moderno’  sistema de transporte.

Con la llegada de las multimillonarias inversiones para su construcción, iniciadas en el 2004 con el alcalde Honorio Galvis, se presagiaba un buen panorama, se crearon vías exclusivas para el tránsito de Metrolínea, la compra de metro buses, la construcción de los diferentes portales y demás necesidades prioritarias en su infraestructura que fueron cambiando el paisaje de nuestra ciudad. Solo fue cuestión de tiempo para entender que este “maravilloso” proyecto había nacido con múltiples falencias que impedían cumplir con los objetivos trazados y que prácticamente había nacido en una sala de cuidados intensivos.

Las malas proyecciones hechas, la falta de estudios reales para cubrir las verdaderas necesidades del usuario en el servicio , haciendo cálculos de movilizar 300.000 pasajeros, cuando solo alcanzaron a 100.000, pero sobre todo, la falta de contar con un personal idóneo con conocimientos en el tema que permitiera direccionar la ruta a seguir, mejorando la calidad de sus servicio, convirtiéndolo en un fortín político con nombramientos gerenciales de personas que no tenían ni la más remota idea de cuál era su rol a seguir, ahondando aún más la crisis.

Por su situación actual, no es la primera vez que se pretende liquidar a Metrolínea, teniendo una deuda superior a los $144.000 millones, donde está incluida la obra fallida del portal de Papi Quiero Piña.  La ministra de Transporte, María Constanza García, determinará que pasará con el futuro del sistema de transporte Metrolínea, donde analizará una propuesta del salvamiento entregado el pasado 25 de julio en reunión hecha en Bogotá con los alcaldes del Área Metropolitana, que junto al Gobierno Nacional tienen como meta su continuidad.

Junto a Jaime Andrés Beltrán, alcalde de Bucaramanga, buscan un proceso de acuerdo con Urbanas, para el pago de $15.000 millones en un plazo a 4 años, que de llevarse a cabo quedaría liberada en un 86.7% la deuda total. El problema es que no solamente estarían estos acuerdos, sino el mejoramiento de la calidad del servicio con la compra de una flota que cubra la demanda existente en los diferentes barrios, permitiendo el incremento significativo de usuarios lo que con lleva a ingresos importantes para su sostenibilidad, de otra forma estaremos ad portas de una liquidación inminente.

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