Minas de oro, plata, uranio y petróleo enterradas en el subsuelo santandereano
Resumen
Las riquezas minerales de Santander, como oro, plata, uranio y petróleo, enfrentan retos debido a la política actual que limita la explotación mediante fracking, complicando la autosuficiencia energética del país.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Que difícil ha sido comprender en estos tiempos de turbulencia social la importancia de las minas de oro y plata de la cordillera de Santurban; las reservas de uranio subyacentes en la Cordillera de Yariguíes y la existencia de campos petroleros y carboníferos, que no se pueden explotar porque el presidente de la república, Gustavo Petro desestima el uso de la tecnología del fracking para hacer uso de esta riqueza.
Hace pocos años los Emiratos Árabes Unidos le propusieron a Santander un intercambio comercial, teniendo interés en las reservas de oro de la región de Soto Norte, cuya tecnología ofrecieron y los agarraron a insultos porque según el exalcalde Rodolfo Hernández Suárez (q.e.p.d.), esa inmensa fortuna debía quedar sepultada en el subsuelo, para proteger las aguas del Río Suratá y del Río Tona, que abastecen los acueductos de Bucaramanga y Floridablanca.
Los campos petroleros de La Cira Infantas en el Magdalena Medio, donde Ecopetrol lleva muchos años explotando los hidrocarburos siguen produciendo petróleo, a pesar de la política del actual gobierno de reducir la producción de combustibles de origen fósil a su mas mínima expresión. Están sellados centenares de pozos petroleros en los Campos del Diamante y El Platero en Sabana de Torres y Puerto Wilches. La Refinería de Barrancabermeja suspendió parcialmente actividades bajo el pretexto de su mantenimiento.
Las reservas de uranio, que hace varios años fueron descubiertas en territorio santandereano, se quedaron en el limbo, a pesar de existir estudios de carácter científico que los recomiendan como una gran fuente energética, que podría utilizarse para plantas de energía eléctrica. Inclusive para producir energía atómica. La Universidad Industrial de Santander debería reclamar al Ministerio de Minas y Energía esos estudios realizados por el Instituto Colombiano del Uranio –COLURANIO --, para actualizarlos y aplicarlos a la realidad energética y económica de Colombia.
Los dueños de las minas de oro y plata fueron condenados a cerrar los socavones, porque los nuevos amos del poder político quieren sellar los yacimientos de petróleo y gas, para comprarle a Venezuela, lo que Colombia puede producir en las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena. Que poco valemos para conseguir la autosuficiencia energética y para que una potencia mundial, como los Emiratos Árabes, pueden venir al departamento de Santander para los programas de potabilización del agua, que nace en nuestras cordilleras.
El desastre de la minería comenzó cuando ser inventaron cualquier cantidad de normas para explotar las reservas de petróleo, carbón antracita, oro, plata, gas y uranio, que se quedarán enterrados en el subsuelo de nuestro departamento, mientras los mineros artesanales son amenazados con la expropiación de sus tierras y la invasión de piratas y galafardos de los grupos guerrilleros, que amenazan con la toma de las estancias campesinas y de las fuentes hídricas, como lo están haciendo con los campesinos de El Catatumbo.