Resumen
Se ha descubierto un antiguo naufragio en el suroeste de Terranova, Canadá, que se cree data del siglo XIX, debido a la reciente erosión de las playas de la zona. El barco, posible goleta de construcción no norteamericana, despierta gran interés entre la población local y los historiadores.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El extremo suroeste de Terranova se ha convertido en el lugar de un descubrimiento fascinante: los restos de un enorme y antiguo barco, ahora descubierto y que atrae la atención tanto de los residentes como de los entusiastas de la historia.
Esta repentina aparición del naufragio cerca de Cape Ray, Newfoundland and Labrador, ha provocado una ola de curiosidad y especulación sobre su pasado, según un artículo publicado por CBC.
El naufragio fue notado por primera vez por Gordon Blackmore, de 21 años, mientras cazaba aves marinas temprano en la mañana del 20 de enero, según revela la cadena de noticias.
Su madre, Wanda Blackmore, compartió que la aparición repentina del naufragio fue sorprendente, ya que su hijo había visitado el mismo lugar unos días antes, y no vi ninguna señal de ello.
La reciente erosión de las playas de esa zona, exacerbada por la tormenta postropical Fiona en septiembre de 2022, pudo haber contribuido a revelar los restos del naufragio, que probablemente habían estado enterrados durante años.
Análisis y especulaciones del extraño naufragio en Canadá
Neil Burgess, presidente de la Sociedad de Preservación de Naufragios de Terranova y Labrador, sospecha que el barco fue construido en el siglo XIX.
🇨🇦 A shipwreck has appeared on the coast of Cape Ray, Newfoundland.
— NoComment (@nocomment) January 30, 2024
The wreck, thought to be from the 19th century, was discovered by a local resident who was bird hunting in the area.
It’s believed that Hurricane Fiona may have dislodged the ship, now visible on the beach. pic.twitter.com/CgwSknlAHJ
Los factores que llevan a esta conclusión incluyen el uso de clavijas de madera, conocidas como túneles, y grandes clavijas de cobre en la construcción del barco, típicas de los barcos de esa época.
El casco, de unos 24 metros de largo, indica que el barco era más grande que una goleta y posiblemente no fue construido en América del Norte si el casco está hecho de roble.
Burgess, entusiasmado con este descubrimiento, señala que si bien los naufragios son comunes en las aguas de Terranova, cada nuevo hallazgo es un evento emocionante.
La comunidad local, encabezada por Wanda Blackmore, está ansiosa por aprender más sobre la historia del barco. Se ha puesto en contacto con varios expertos e instituciones, incluido el Archivo de Historia Marítima de la Memorial University e incluso con el primer ministro, con la esperanza de garantizar la protección de los restos del naufragio.
Existe la esperanza de que la historia del barco pueda ser descubierta y potencialmente presentada en el museo del faro de Cape Ray, una estructura patrimonial reconocida a nivel federal.
Dada la importancia histórica de Cape Ray como ruta de alto tráfico, el naufragio podría ofrecer información invaluable sobre el pasado marítimo de la región.
Canadá, con su vasta línea costera y numerosos lagos y ríos, ha sido testigo de numerosos naufragios a lo largo de su historia, muchos de los cuales datan de siglos atrás.
Antiguos naufragios en Canadá
Estos naufragios antiguos ofrecen una ventana fascinante al pasado marítimo del país, reflejando tanto las tragedias como los avances en la navegación y la exploración.
Por ejemplo, los naufragios en las aguas heladas del Ártico canadiense incluyen los famosos barcos de la expedición perdida de Sir John Franklin, el HMS Erebus y el HMS Terror, que se hundieron a mediados del siglo XIX mientras buscaban el Paso del Noroeste.
Estos restos, descubiertos recientemente, han arrojado luz sobre los desafíos extremos que enfrentaron los exploradores de esa época. Además, las costas del Atlántico y del Pacífico han sido escenario de innumerables naufragios, algunos de los cuales datan de la época de la colonización europea, cuando barcos procedentes de Europa se enfrentaban a las implacables tormentas y desconocidas aguas canadienses.
