Resumen
Lina María Iriarte Espinel, de 29 años, fue asesinada en Barrancabermeja. Ella tenía dos hijos y recibió seis disparos. Su pareja, actualmente encarcelada, confesó en redes sociales que ella fue asesinada por un enemigo suyo y prometió venganza.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En Barrancabermeja, Santander, un hecho de violencia ha estremecido a la comunidad. Lina María Iriarte Espinel, una mujer de 29 años, fue víctima de un asesinato perpetrado por dos hombres que se desplazaban en una motocicleta en el barrio Las Playas, ubicado en la comuna 1 del Puerto Petrolero.
La tragedia se consumó cuando la mujer, que sostenía un niño en sus brazos en ese momento, recibió seis disparos que le quitaron la vida. En un acto de valentía ante el peligro, Lina soltó al niño para garantizar su seguridad.
Se ha revelado que Lina María Iriarte Espinel mantenía una relación sentimental con un hombre actualmente privado de la libertad. Este hombre, en un escalofriante giro, confesó en sus redes sociales que su pareja fue asesinada por un enemigo suyo y, de manera amenazante, anunció su intención de venganza. En sus publicaciones, expresó su dolor y furia: "Me mataron a mi mujer. Eso no tiene perdón de Dios. Mátenme saliendo porque los voy a acabar a todos".
Lina María, originaria de San Pablo, sur de Bolívar, era madre de dos hijos menores de edad. El cruel episodio de violencia le arrebató la vida en el lugar de los hechos, impidiendo cualquier intento de trasladarla a un centro médico.
Las autoridades, ante esta situación, desplegaron un operativo en la zona. Uniformados de la Policía del Magdalena Medio y agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) se presentaron en el lugar del crimen para recopilar evidencias y dar inicio a las investigaciones correspondientes.
La comunidad local, consternada por la tragedia, espera respuestas y acciones contundentes por parte de las autoridades para esclarecer este violento suceso y brindar justicia a la víctima y sus seres queridos. La seguridad y el bienestar de la población se convierten en prioridades en medio de un escenario marcado por el dolor y la indignación.