Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La presencia femenina en los puestos de poder de América Latina sigue siendo escasa, a pesar de los avances logrados en las últimas décadas. Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, la participación promedio de las mujeres en la toma de decisiones políticas ronda el 30%.
Aunque las cifras han mejorado, los cargos políticos de mayor relevancia continúan siendo ocupados principalmente por hombres. Un claro ejemplo es el caso de las alcaldías, donde solo el 15,4% de las mujeres fueron elegidas por voto popular entre 2021 y 2022. Respecto a las mujeres electas en los parlamentos nacionales, Cuba es el país que más mujeres representa.
Sin embargo, la historia también nos muestra ejemplos de mujeres que han logrado romper barreras y abrir camino para otras, como la reciente victoria de Claudia Sheinbaum como primera mujer electa presidenta de México.
Por ende, hacer un recuento histórico de las mujeres en los cargos presidenciales, como Claudia Sheinbaum primera presidenta de México electa el pasado domingo 2 de junio, permite reconocer la ardua labor femenina en la vida política.
La primera mujer en asumir la presidencia en América Latina fue María Estela Martínez de Perón en Argentina, en 1974, tras la muerte de su esposo, Juan Domingo Perón. Violeta Barrios de Chamorro fue presidenta en Nicaragua en 1990 y la primera mujer en Latinoamérica en ser elegida directamente. En 1999 llega al poder de Nicaragua Mireya Moscoso, primera mujer presidenta en su país. Después, con dos mandatos Cristina Fernández de Kirchner fue presidenta de Argentina en 2007. En Chile en 2006, Michelle Bachelet, la primera encargada de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género se convierte en presidenta. Ya en 2011, en Costa Rica asume el poder Laura Chinchilla y en Brasil Dilma Rousseff. En 2022, Xiomara Castro fue la primera mujer presidenta de Honduras.
Cada una de ellas ha enfrentado diversos desafíos para llegar a lo más alto del poder político, luchando contra estereotipos y barreras sociales que persisten en la actualidad. La ONU estima que, al ritmo actual, la igualdad de género en las más altas esferas de poder no se alcanzará hasta dentro de 130 años.
Esto no solo demuestra que todavía hace falta camino hacia la paridad de género en ámbitos políticos en América Latina, sino, además, evidencia que es necesario implementar estrategias que promuevan la participación plena y equitativa de las mujeres en la política, desde la educación temprana hasta el apoyo a las candidatas y la creación de entornos políticos más inclusivos.