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Mujeres de Santander se unen contra la violencia de género

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Resumen

El 25 de noviembre en Santander se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con un acto simbólico y la firma de un pacto por la eliminación de la violencia de género, destacando el compromiso de instituciones y la necesidad de medidas preventivas efectivas.

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El 25 de noviembre, una fecha marcada por la lucha global contra la violencia hacia las mujeres, se celebró en Santander con una fuerte connotación de esperanza y resistencia. Bajo el lema "Renacimos de las cenizas con la esperanza", se llevó a cabo un emotivo acto en el que se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En esta ocasión, la firma del Pacto para la Atención y Eliminación de las Violencias contra la Mujer, se presentó como un compromiso serio y profundo de las autoridades y la sociedad para erradicar la violencia de género.

El evento, realizado en el Parque García Rovira de Bucaramanga, contó con la participación de 100 mujeres víctimas del conflicto armado colombiano, un acto que simbolizó no solo la memoria de las víctimas, sino también la valentía y el espíritu indomable de las mujeres que han sufrido en carne propia los horrores de la violencia, pero que se han levantado para exigir justicia, respeto y equidad.

Cindy Núñez Vargas, trabajadora social de apoyo territorial en el equipo de contribuciones a la verdad - DT Santander, Unidad para las Víctimas, ofreció unas palabras conmovedoras al respecto: “Hoy, las mujeres nos reunimos a conmemorar la memoria de todas esas que han sido víctimas de feminicidio, violencia económica, patrimonial, sexual y tantas otras formas de abuso. Estamos aquí para levantar la voz y recordar que las mujeres no estamos solas”.

Cindy Núñez Vargas, trabajadora social-Unidad para las Víctimas/ Tomada por: Wendy López

El arte como herramienta de sanación

El evento fue más que una simple conmemoración. Fue un acto de resistencia en el que las mujeres, como en un símbolo de fuerza y resiliencia, participaron activamente en la creación de un gran bordado, que representa la unidad femenina frente a la violencia. La propuesta de firmar el pacto surgió de las propias mujeres que han sido víctimas de violencia y que hoy, en su proceso de sanación, han tomado la iniciativa de exigir al Estado y a las instituciones públicas un compromiso real y efectivo para frenar la violencia.

En palabras de Cindy Núñez, la firma del pacto representa “un compromiso para que las instituciones públicas asuman su responsabilidad de proteger a las mujeres, y también para que se implementen medidas de prevención de la violencia, que siguen siendo insuficientes”. Según Núñez, las mujeres de Bucaramanga y sus alrededores no solo exigen justicia, sino también un cambio cultural profundo que permita erradicar la mentalidad machista y patriarcal que aún persiste en muchas partes de la sociedad.

El pacto, que fue firmado por representantes de la Gobernación de Santander y la Alcaldía de Bucaramanga, tiene como objetivo garantizar la protección, atención y reparación integral a las mujeres víctimas de violencia. Además, se incluye un llamado urgente a la implementación de programas de prevención y a un mayor presupuesto para la atención a las mujeres, especialmente a aquellas que viven en situación de vulnerabilidad.

Una de las iniciativas más destacadas del evento fue la exposición de emprendimientos liderados por mujeres que han sido víctimas de violencia, pero que han encontrado en el negocio una forma de reconstruir sus vidas y generar independencia económica. Desde artesanías y bordados, hasta productos alimenticios y cosméticos naturales, representaba una historia de resiliencia y superación.

Paola Andrea Vargas Rangel, miembro de la organización Fénix, comentó: “Hoy venimos a decirle no más a la violencia de género, a levantar la voz por las mujeres desaparecidas y las que han sido víctimas de abuso sexual. Las mujeres somos capaces, valemos mucho y podemos salir adelante si buscamos la ayuda que necesitamos”. Paola, al igual que otras mujeres, presentaron sus productos como una forma de reivindicar su autonomía y dignidad, además de agradecer a las instituciones por brindarles espacios para hacer visibles sus emprendimientos y generar ingresos que les permitan tener una vida más digna.

Sara Sofía Rivera Vargas y Paola Andrea Vargas Rangel/ Tomada por: Wendy López.

Violencia de género

Y es que, la situación en Santander como en muchas otras regiones del país, sigue siendo alarmante. Según las estadísticas, cada día mueren dos mujeres víctimas de feminicidio en Colombia. Esta cifra, además de ser escalofriante, refleja un grave problema estructural que debe ser atendido con urgencia. La violencia de género, en sus diversas formas, continúa afectando a mujeres de todas las edades y estratos sociales. Desde mujeres rurales hasta profesionales en diversas áreas, como lo demuestra el caso de María Paula Pizano, una mujer víctima de violencia por parte de su pareja, un médico cirujano reconocido. Este caso evidencia que la violencia de género no tiene distinción de clase, y que el problema radica en una cultura profundamente machista que sigue siendo aceptada, tolerada e incluso invisibilizada en muchos sectores.

A lo largo del evento, las jóvenes también se hicieron escuchar. Sara Sofía Rivera Vargas, con tan solo nueve años, compartió su mensaje: “Es importante que no haya violencia contra las mujeres, porque hay muchas mujeres que se dejan y las chantajean. A todas las niñas y mujeres les digo que se cuiden y que denuncien si están sufriendo violencia”. Las palabras de Sara son un recordatorio de la necesidad de sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la igualdad y el respeto mutuo.

Hoy, Santander da un paso importante en la lucha por los derechos de las mujeres. Sin embargo, como resaltó Cindy Núñez, queda un largo camino por recorrer. Las políticas públicas deben volverse más efectivas, y la cultura patriarcal debe transformarse. Pero lo más importante es que las mujeres han alzado su voz y han demostrado, una vez más, que ninguna forma de violencia podrá apagar su luz.

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