Museo de Verona denuncia a turista por dañar silla de cristales Swarovski
Resumen
Un turista arruinó una silla de cristales Swarovski en el Palazzo Maffei al sentarse sobre ella, revelando un problema común en museos: el delicado equilibrio entre la interacción del público y la preservación del arte.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Una acción imprudente terminó en desastre para el Palazzo Maffei de Verona, Italia. El prestigioso museo denunció ante las autoridades a un turista que, sin medir consecuencias, se sentó sobre una delicada silla cubierta con cristales Swarovski, causando graves daños a la pieza artística. La obra, firmada por el artista italiano Nicola Bolla y adquirida por la institución en 2022, se inspiraba en la icónica silla de paja del pintor Vincent Van Gogh.
El incidente ocurrió hace menos de un mes, pero solo se hizo público tras la divulgación del video de seguridad el pasado jueves. En las imágenes, se observa al visitante —acompañado por una mujer que le tomaba fotos— posar sobre la obra como si fuera un mueble común. La estructura, incapaz de soportar el peso, cedió de inmediato.
“La pesadilla de cualquier museo”, escribió el Palazzo Maffei en su cuenta de Instagram, lamentando lo sucedido. El museo no reveló el valor exacto de la pieza, pero confirmó que, tras el accidente, esta fue restaurada y nuevamente colocada en exhibición. Sin embargo, la reacción inmediata del turista y su acompañante fue abandonar el lugar antes de que el personal pudiera identificarlos o intervenir. Actualmente, permanecen prófugos.
Nicola Bolla, el autor de la obra siniestrada, se pronunció sobre el hecho en declaraciones al medio italiano Fanpage, donde expresó una mezcla de indignación y resignación. “Es un gesto estúpido... pero también le veo un lado positivo y artístico”, afirmó el artista, reconociendo el riesgo permanente que corren las piezas interactivas o no protegidas en museos abiertos al público.
El Palazzo Maffei es reconocido por su colección ecléctica que va desde obras de la antigüedad clásica hasta arte contemporáneo. El caso ha generado revuelo tanto en medios italianos como internacionales, reavivando el debate sobre la responsabilidad de los visitantes en la preservación del patrimonio artístico y la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en museos.
Aunque la pieza fue restaurada con éxito, el episodio pone en evidencia cuán frágil es el límite entre la admiración estética y la irreflexión turística, especialmente en un contexto donde las redes sociales impulsan a muchos a interactuar con el arte más como fondo fotográfico que como expresión cultural. Para el Palazzo Maffei y otros museos del mundo, la prioridad sigue siendo proteger el arte sin impedir la cercanía del público, un equilibrio cada vez más difícil de mantener.