Resumen
La comunidad LGBTQ+ de Bucaramanga celebró el Día Nacional del Orgullo con una marcha, reclamando sus derechos y visibilizando la violencia contra su comunidad. Sin embargo, aún se reportan altos índices de violencia y abusos contra ellos, necesitando garantías gubernamentales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El pasado viernes 28 de junio, las principales calles de Bucaramanga se llenaron de colores. La comunidad LGBTQ+ celebró el Día Nacional del Orgullo con una marcha llena de baile, música y diversidad.
Bajo el lema “Nada que curar”, el recorrido comenzó a las dos de la tarde en el estadio de atletismo La Flora y siguió por la carrera 33, calle 36 y carrera 27, hasta llegar al Parque de los Niños.
A pesar de los avances legales y judiciales en Colombia para fortalecer los derechos de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas (Osigd), la Defensoría del Pueblo informó que las violaciones contra esta población continúan tanto a nivel institucional como social. Entre enero y mayo de 2024, la entidad atendió 286 casos de violencia contra esta comunidad, con el 55% de los casos siendo violencia psicológica y el 27% violencia física.
En el país, desde el año 1983 se realiza la marcha del orgullo, un acto simbólico que busca dar visibilidad a la comunidad y sus reclamos históricos, exigir sus derechos y fomentar el trabajo conjunto hacia la igualdad. Este año, las razones siguen siendo muchas, pero en especial, la marcha pretendió visibilizar el hundimiento del proyecto de ley que buscaba la prohibición de toda práctica para corregir la orientación sexual e identidad de género.
Al llegar al punto final de la marcha, los líderes de diferentes organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad LGBTQ+ expresaron en voz alta que "rechazaban los actos contra la comunidad desde el gobierno local y que no dejarán de luchar por lo que les pertenece".
Mientras muchos compraban sus pañoletas y raspados en los más de ochenta emprendimientos locales, la música y el baile se apoderaron de la noche. El panorama se llenó de banderas, maquillaje y sonrisas de quienes han tenido que atravesar por estigmas y barreras sociales, pero que sueñan en un mundo en donde la diversidad no sea un delito.
Aunque son muchos los avances, las muertes siguen sucediendo y las cifras de abusos siguen aumentando. Por esto, es indispensable que desde las entidades gubernamentales se les brinde la garantía de sus derechos, y que los ciudadanos respeten la diversidad y el amor en todas sus formas lejos de estigmas y señalización.
