Neymar vive su peor momento en el Santos: discusiones con hinchas, goles anulados y una crisis sin freno

El retorno de Neymar al Santos, el club que lo vio nacer futbolísticamente, prometía ser una historia de redención y gloria. Sin embargo, la realidad ha sido mucho más amarga. El astro brasileño, que regresó en febrero de este año y renovó su contrato hasta finales de 2025, está atravesando un momento turbulento: el equipo se encuentra en zona de descenso en el Brasileirao, la hinchada está dividida, y su nivel dentro del campo ha sido intermitente, afectado por lesiones y la presión constante del entorno.

El último capítulo de esta tormentosa relación se vivió este miércoles, cuando el Santos cayó 2-1 ante el Internacional de Porto Alegre en Vila Belmiro, por la fecha 15 del campeonato brasileño. Los goles de Johan Carbonero y Rafael Santos Borré, de penal, le dieron la ventaja al equipo visitante. Álvaro Barreal descontó en el tiempo añadido, pero no fue suficiente para evitar una nueva derrota del Peixe, que solo ha conseguido 14 puntos en el torneo.

En medio de este contexto tenso, Neymar protagonizó una escena que resume el momento que vive: en el tiempo de reposición, el delantero remató con fuerza desde el borde del área, la pelota pegó en el palo y pareció cruzar la línea de gol. Neymar celebró con euforia, incluso destruyendo el banderín del córner, pero el árbitro determinó que el balón no ingresó completamente, anulando el empate. La frustración se apoderó del jugador y de toda la afición presente.

Al finalizar el encuentro, el caos fue mayor. Neymar se acercó a las tribunas y discutió cara a cara con un aficionado que lo había increpado durante todo el partido. La situación escaló hasta el punto de generar un cruce verbal entre los propios seguidores del club, algunos en defensa del jugador y otros en su contra. El arquero Joao Paulo tuvo que intervenir para sacar a Neymar del lugar y evitar un posible altercado físico.

Desde su regreso, el jugador ha disputado 15 partidos y anotado cuatro goles, cifras que, si bien superan su paso más reciente por el Al-Hilal, están muy por debajo de sus años dorados. Además, las lesiones lo han obligado a perderse varios encuentros, generando más críticas sobre su estado físico y compromiso.

La relación con la hinchada se ha deteriorado rápidamente. Parte de los seguidores lo acusan de falta de profesionalismo y de asistir a fiestas en medio de la crisis deportiva del club. Otros defienden su liderazgo y consideran que es injusto cargarle toda la culpa por el mal momento del equipo. La fractura es evidente y la figura del capitán se encuentra en el centro del debate.

A pesar del ambiente hostil, Neymar reafirmó su intención de seguir en el club. “Volví y me quedo donde todo comenzó y donde nunca va a acabar”, expresó tras renovar su contrato. El Santos también oficializó el acuerdo: “Después de cumplir la promesa de retornar en enero, Neymar da Silva Santos Júnior se queda en el Santos. El crack firmó la renovación hasta el final de 2025, con posibilidades de extensión”.

El club paulista, uno de los más históricos de Brasil, atraviesa una de sus peores campañas. Con solo cuatro victorias, dos empates y nueve derrotas, su permanencia en la primera división está en riesgo. Para evitar el descenso, Santos deberá mejorar su rendimiento deportivo y calmar el ambiente de tensión que rodea al plantel, empezando por su principal referente.

Neymar, por su parte, enfrenta el desafío de recomponer su relación con la hinchada y recuperar su nivel en un contexto hostil. Lo que prometía ser un regreso triunfal al club de sus amores se ha convertido en una pesadilla futbolística y emocional. El ídolo deberá demostrar que está dispuesto a cargar con la camiseta en la adversidad y no solo en los tiempos de gloria.