Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Sabido es que ‘el poder absoluto corrompe absolutamente’, el terrorífico dictador de Venezuela prefiere la destrucción de la democracia y la entrega de su país a Vladimir Putín, eterno presidente de Rusia, en cambio de aceptar los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, cuando finalmente fue derrotado por los líderes de la oposición, encabezados por la heroína María Corina Machado, cansados de la terrible suerte de millones de compatriotas que tuvieron que abandonar la tierra del Libertador Simón Bolívar, para buscar refugio y trabajo digno en otros lugares del planeta.
Las ambiciones de una camarilla política que lleva veinticinco años en el gobierno de Venezuela, con la mala herencia de su fundador, el también dictador Hugo Rafael Chávez Frías y de la cual hacen parte Nicolás Maduro Moros, Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Legislativa y por el General Vladimir Padrino, Ministro de la Defensa, que sostienen en la punta de las bayonetas, de los fusiles y de las ametralladoras, un régimen totalitario, alineado con las dictaduras de Cuba y Nicaragua, para convertir al continente americano en un rincón de miserables.
Venezuela era, hasta hace veinticinco años, la economía más fuerte de Latinoamérica, por la producción de la industria petrolera, por las minas de oro y coltan, y hasta por la producción de estupefacientes, hasta que aparecieron estos bandidos que crearon la llamada ‘Revolución Bolivariana’ para repartirse la riqueza petrolera y la minería, con la cual han logrado someter a su pueblo a la peor ignominia que conozca la historia de la humanidad. Derrotado en las urnas el pasado 28 de julio, el dictador Nicolás Maduro Moros, dueño de infinita fortuna en los paraísos fiscales del mundo, prefiere morir antes que entregarle el poder al académico y diplomático, Edmundo González Urrutia quien deberían ser el nuevo huésped del Palacio de Miraflores, en la ciudad de Caracas, la tierra del libertador Simón Bolívar.
Con la complicidad de las fuerzas armadas de Venezuela y de las milicias conformadas por terroristas cubanos y nicaragüenses, aparece el General Vladimir Padrino, del denominado ‘Cartel de los Soles’ --- miembro de una mafia de narcotraficantes que persiguen, secuestran y desaparecen de la noche a la mañana a centenares de líderes opositores, que son llevados a las ‘Salas de Suplicio’ para colgarlos y desaparecerlos. Nicolás Maduro ha sometido a sus dominios las tres ramas del poder público, que representan la tiranía mas horrible del mundo, en cabeza de un gobierno de bandidos que quebraron la economía de Venezuela y que se mantienen aferrados al poder como una gavilla criminal que destruye a su país. La suerte de Venezuela es el espejo de lo que puede pasar en Colombia, si no se detiene la locura que se ha apoderado del continente americano.
