Noche sangrienta en Bucaramanga, tres muertos y un herido dejan ataques a bala
Resumen
Una serie de ataques armados en Bucaramanga dejó tres muertos y un herido, vinculándose a crímenes pasionales y disputas territoriales por microtráfico. Los ataques fueron caracterizados por el uso de motocicletas y armas de fuego.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
La noche de este martes 2 de noviembre sorprendió con una escalada de ataques armados que sacudieron la tranquilidad de la ciudad. Los patrones son claros: sicarios en motocicleta y el uso indiscriminado de armas de fuego, dejando dos muertos y un joven gravemente herido en menos de tres horas.
Primer caso
El primer episodio, catalogado como un posible crimen pasional, se registró a las 9:45 p.m. en el barrio Girardot (carrera 4 #27-34). La víctima fue Eduardo Ramón Piña Pérez, un ciudadano extranjero de 35 años. Según el reporte, Piña se encontraba en la calle con una mujer, presuntamente su pareja, cuando un motociclista apareció. Al verlo, la víctima intentó abalanzarse sobre el agresor, quien respondió de inmediato desenfundando un arma y disparándole tres veces: en la cabeza, abdomen y cerca de la pelvis. Aunque la Policía lo trasladó de urgencia, Piña Pérez ingresó al HUS sin signos vitales. No hay capturas por este hecho.
Ataque súbito
El segundo caso dejó dos víctimas fatales que fueron identificadas como César David Rueda Tenorio, apodado cariñosamente como 'Mogol', y otro sujeto conocido como Jorge. Según el escalofriante relato de los testigos, dos sicarios a bordo de una motocicleta Suzuki Gixxer azul, ambos con cascos oscuros que ocultaban sus rostros, se acercaron al lugar. El parrillero, sin mediar palabra, desenfundó un arma de fuego y abrió fuego indiscriminadamente contra los hombres.
El ataque fue fulminante. 'Mogol' recibió dos impactos (uno en el brazo y otro fatal en la cabeza), mientras que Jorge fue impactado en tres ocasiones (mano, espalda y pecho). Ambos murieron en el sitio. Tras la masacre, los atacantes huyeron a toda velocidad, perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Aunque la investigación apenas comienza, las autoridades tienen una hipótesis clara y alarmante: el doble homicidio estaría directamente ligado a la feroz lucha por el control territorial y el microtráfico de la droga sintética conocida como Tusi.
Esta teoría se refuerza con el pasado judicial de Rueda Tenorio, quien tenía un historial que incluía anotaciones por tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas, además de estafa y hurto calificado. La sombra de la "Guerra del Tusi" parece haberse cobrado dos vidas más en las calles de la ciudad.
Un tercer ataque violento
El terror finalizó en Quebradaseca con carrera 21. Allí fue atacado a bala Maicol Stiven Jaimes Vargas, de 25 años, quien se ganaba la vida como panadero. La víctima, que salía de una reunión de la barra del Atlético Bucaramanga y se dirigía al barrio La Joya, fue interceptada por dos hombres en moto. El parrillero abrió fuego y le propinó una lluvia de ocho disparos en el abdomen, tórax y brazos.
Jaimes Vargas, quien registra antecedentes por hurto en 2019 y 2020, fue trasladado al Hospital Universitario, donde fue intervenido quirúrgicamente y su pronóstico es reservado. Los móviles de este último ataque se asocian a las disputas por el control de economías ilegales o problemas personales. La policía mantiene la investigación abierta para identificar y capturar a los responsables de esta violenta jornada.