Resumen
El Papa Francisco ha expresado su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, lugar que alberga la famosa imagen milagrosa, Salus Populi Romani. Esta decisión refleja su profunda devoción por la Virgen María.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La Basílica de Santa María la Mayor en Roma, hogar de la venerada imagen de la Salus Populi Romani, un ícono bizantino considerado milagroso, ha sido el centro de una notable noticia. El Papa Francisco, quien ha expresado su profundo apego a esta basílica, ha anunciado su deseo de ser enterrado allí.
La Salus Populi Romani, una de las imágenes marianas más importantes, es famosa por su apariencia dorada y la mirada conmovedora de la Virgen María con el Niño Jesús. Según la tradición, el ícono no fue pintado por manos humanas, sino que su existencia es atribuida a un plan divino. La imagen es objeto de gran devoción, y su historia se remonta al siglo XIII, con un milagro asociado a su origen. En la noche del 5 de agosto del año 358, la Virgen María se habría aparecido en un sueño para guiar la construcción de la basílica en el lugar donde había nevado en pleno verano. Este evento es conmemorado cada año con una lluvia de pétalos blancos desde el techo de la basílica.
Durante el siglo XVI, la imagen también fue protagonista de un milagro durante una peste en Roma, cuando el Papa san Pío V la llevó en procesión, lo que se interpretó como una señal de que la peste pronto cesaría. Más recientemente, en marzo de 2020, el Papa Francisco se dirigió a la basílica para rezar y pedir la intercesión de la Virgen en medio de la pandemia de COVID-19.
En el altar mayor de la basílica se encuentra un relicario que alberga fragmentos del pesebre de Jesús, datados científicamente y confirmados como del período del nacimiento de Cristo.
El Papa Francisco, quien ha mantenido una devoción personal a la basílica a lo largo de su vida, reveló en diciembre de 2023 su intención de ser enterrado en Santa María la Mayor. Explicó que este deseo refleja su vínculo profundo con la Virgen María y su habitual práctica de visitar la basílica antes y después de sus viajes apostólicos.