Papa León XIV condenó el exilio forzoso de pueblos y se reunió con obispos nicaragüenses

El papa León XIV defendió este sábado en el Vaticano el derecho de todos los pueblos del mundo a vivir en sus propias tierras y rechazó de forma tajante cualquier forma de “exilio forzoso”. Sus palabras se produjeron durante una audiencia con representantes del Chagos Refugees Group, una asociación que desde hace más de cinco décadas lucha por regresar al archipiélago del que fueron expulsados por el Reino Unido.

“Todos los pueblos, incluso los más pequeños y los más débiles, deben ser respetados en su identidad y en sus derechos. Nadie puede obligarlos a un exilio forzoso”, declaró el pontífice estadounidense. La intervención tuvo lugar en un contexto esperanzador, después de que en 2024 Londres y Mauricio alcanzaran un acuerdo histórico para devolver la soberanía de las islas del océano Índico a su antigua colonia.

León XIV celebró ese pacto como “un paso significativo para el regreso a casa” de los chagosianos. Elogió especialmente la perseverancia de las mujeres en la lucha por sus derechos y subrayó el valor simbólico que tiene este caso en la escena internacional. “Estos años de exilio han causado sufrimiento, pobreza y exclusión. Que el Señor les conceda la gracia del perdón hacia quienes les hicieron daño”, instó el papa, prometiendo además el respaldo de la Iglesia local en el proceso de retorno.

Ese mismo día, el pontífice recibió en la Santa Sede a legisladores católicos de distintos países, a quienes exhortó a ejercer un poder “controlado por la conciencia” y a legislar en favor de la dignidad humana. En su discurso, inspirado en La Ciudad de Dios de san Agustín, alertó contra la confusión entre prosperidad y riqueza material, recordando que la verdadera plenitud radica en el desarrollo integral de la persona y en comunidades sanas.

León XIV advirtió que las sociedades modernas, pese a sus comodidades tecnológicas, sufren de soledad y falta de sentido. Por ello pidió impulsar una “diplomacia de la esperanza”, capaz de ofrecer respuestas políticas y económicas que devuelvan confianza a los pueblos.

Finalmente, el papa mantuvo un encuentro privado con monseñor Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, quien fue expulsado de su país en noviembre de 2024 tras criticar al régimen de Daniel Ortega. Su caso se suma al de otros prelados perseguidos, como Rolando Álvarez e Isidoro Mora, en un clima de represión sistemática contra la Iglesia católica en la nación centroamericana.

El contenido de la conversación no trascendió, aunque la audiencia fue confirmada por el Vaticano. Con este gesto, León XIV pone de relieve la preocupación de la Santa Sede por la situación en Nicaragua, país que mantiene rotas sus relaciones diplomáticas con Roma y donde el régimen ha llegado a encarcelar y desnacionalizar a obispos.