Para Fanny
Resumen
Fanny González Franco, primera mujer magistrada titular en un alto tribunal de Colombia, defendió la justicia hasta su último aliento durante la toma del Palacio de Justicia por el M-19 en 1985.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Esta semana se cumplieron 40 años de la toma del Palacio de Justicia, y quiero contarles sobre Fanny González Franco quien murió en el genocidio. Nació en 1931 en una familia de campesinos que tenía 19 hijos. Fue una de las primeras mujeres en estudiar Derecho en Colombia y se graduó de la Universidad Pontificia Javeriana de Medellín. Decidió hacer carrera judicial, primero como jueza de Aguadas (Caldas), después como jueza de Manizales y más adelante como magistrada del Tribunal de Pereira; siempre fue la primera mujer en lograrlo.
Por: Maura Samara Suárez
Enfocó su carrera jurídica en el estudio del Derecho Laboral. Su conocimiento y la solidez de sus fallos en segunda instancia la llevaron, en 1984, a integrar la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia como magistrada provisional y, más adelante, en propiedad, convirtiéndose en la primera mujer magistrada titular en un alto tribunal. Este nombramiento generó resistencia entre algunos magistrados, pero su rigurosidad jurídica le ganó el respeto y la posición que merecía..
Los testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad sobre la toma del Palacio de Justicia la retratan como una mujer estudiosa, disciplinada y dedicada a su labor judicial. El 6 de noviembre de 1985, cuando el M-19 irrumpió en el Palacio, Fanny se mantuvo oculta junto a su secretaria hasta las 4:36 p. m. Los guerrilleros no habían ido a su oficina porque, al ser mujer, no la consideraban magistrada. Cuando finalmente llegaron solicitándole hablar, sus últimas palabras fueron a su hermano, por teléfono: “Dios está conmigo y me ayudará a conservar mi dignidad de magistrada. Si es designio de Dios que yo muera, para que se conserven inmaculadas las instituciones jurídicas y vuelva la paz a Colombia, entonces que Dios, el presidente y las fuerzas armadas salven la Patria. Muero, pero no me doblego. (…) Muero defendiendo la justicia colombiana.”
Es increíble lo bien que esta frase retrata la actualidad que estamos viviendo. Las palabras de Fanny trascendieron tanto que hoy están más vigentes que nunca. Pronunciadas hace 40 años, fueron un presagio de lo que vivimos hoy, un presidente, exmiembro del grupo guerrillero que desató el genocidio en el Palacio de Justicia, que cuestiona constantemente las instituciones, igual que lo hacían los insurgentes del M-19 durante la toma, y que no respeta el Estado de Derecho. Como lo dijo la magistrada Fanny, la institucionalidad colombiana es impenetrable, inmaculada e importante. No digo que sea perfecta, porque finalmente somos humanos, y los humanos somos corruptibles; las instituciones no lo son.
Querida Fanny. Me gustaría que estuvieras aquí, porque probablemente habrías hecho historia en el Derecho y seguirías marcando el camino de muchas mujeres como yo. Tenías tanto por aportar, y aun así diste la vida por defender la justicia. Pero también me alegra que no hayas tenido que ver el error que cometimos hace tres años, cuando elegimos a un presidente que deshonra las instituciones que tú defendiste con tu vida. Un presidente que cuestiona la legalidad manipula la justicia, corrompe los ministerios y desprecia el Estado de Derecho.
Cuarenta años después, sigo creyendo en lo mismo que tú defendiste: que las instituciones no se arrodillan ante ningún presidente ni ante ningún poder. Hoy, desde esta generación, te prometo que no guardaré silencio mientras quienes juraron proteger la Constitución la usan como trinchera para dividir o debilitar la justicia. No hay revolución ni discurso que justifique el desprecio por las instituciones ni la manipulación del Estado de Derecho. Tu voz, Fanny, no se apagó en el fuego del Palacio. Sigue viva en la defensa de la Constitución y en quienes estamos dispuestos a luchar para mantenerla vigente.