Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Antonio José Díaz Ardila
“Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar” cita bíblica que nos hace pensar en dos temas recientes, los pavorosos incendios generalizados y las miedosas revueltas del Ecuador.
A buena hora el tema de la seguridad fue protagonista de casi todas las recientes campañas políticas, registrándolo en los programas de alcaldes y gobernadores, proponiéndolo también los diputados y concejales, con la opción que les permitirá darle prioridad en los programas de inversión. Pero en esta campaña se centraban en la represión para lograr la seguridad primaria y más sentida, que es la de defendernos los ciudadanos que nos autodenominamos buenos contra los que calificamos de malos. Lucha entre ciudadanos. Fue una competencia de quién prometía más policías, más cámaras de control, más represión de las autoridades, más años de cárcel para el 5% de los delincuentes que se logran procesar y hasta tácita aceptación de la llamada popularmente “paloterapia”, un vergonzoso eufemismo para tolerar lo que es simplemente un crimen de linchamiento, que al ser cometido entre varios diluye la responsabilidad legal e igualmente la culpabilidad moral individual de estos criminales. Como en la obra de teatro Fuenteovejuna (1619) de Lope de Vega (1562-1631), que retrata el linchamiento como una actuación de “todos a una”.
Pero hay otra seguridad aún más compleja, que son los peligros de la naturaleza: incendios, terremotos, inundaciones, desbordamiento de ríos, avalanchas y otras. Hoy con el verano vienen incendios y sequias y en pocos meses, con el invierno, las inundaciones y avalanchas, sobre las cuales es la sociedad en pleno la que tiene que actuar coordinadamente porque no se trata de imponer multas o cárcel, de decretos o leyes, sino de un comportamiento social que es responsabilidad de todos.
Existen cientos de normas de incendios para las edificaciones urbanas: tanques de reserva, rociadores de piso, extinguidores, señalización, materiales ignífugos y muchos elementos más, pero de los incendios más graves, que son los forestales, no existe ninguna educación ni prevención. Estos graves incendios que azotan hoy el país deben ser el motivo de reflexión para establecer las medidas, normas y políticas que se deben acordar para prevenir y aminorar situaciones graves y catastróficas.
Sobre la situación de las revueltas en Ecuador, algunos dirán de manera simplista que no es posible que se den en Colombia por que ahora los revoltosos están en el Gobierno, pero ese sofisma no funcionará si la sociedad sigue tolerando que los problemas individuales o de grupos puntuales inviten a victimizada toda la sociedad para que el Gobierno los atienda.
Nota final. La sociedad de Bucaramanga despidió a don Jorge Reyes Puyana, uno de sus alcaldes más carismáticos (1974-75) a quien le debemos el nacimiento y desarrollo de la Ciudadela Real de Minas, su vida fue el ejemplo de un buen ciudadano.