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¿Por qué el fast track?

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Resumen

El artículo expone la necesidad de que las víctimas del conflicto armado en Colombia sean representadas adecuadamente en el Congreso, tras el Acuerdo de Paz. Discute los desafíos de implementar el acuerdo y la polarización en torno a este tema.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Por: Reynaldo Pérez

La historia de la emancipación colombiana ha sido desagradecida con el General Francisco de Paula Santander, Colombia necesitaba un libertador como el Caraqueño Simón Bolívar, desafortunadamente el dulce y empalagoso sabor del poder despertó los deseos absolutistas y de perpetuación del libertador dirigiendo a la Gran Colombia, ahí entró a jugar un papel fundamental el General Santander, papel por el cual muchos historiadores lo declararon traidor de la patria y del libertador, todo lo podemos resumir en esta frase, “no nos emancipamos de Fernando VII, para terminar coronando a Simón I”.

Cuando hábilmente el expresidente de la Republica Juan Manuel Santos Calderón, se emancipó de la Seguridad Democrática de su antecesor Álvaro Uribe Vélez, todos lo tildaron del traidor, sentando a la guerrilla más antigua del continente en una mesa de dialogo con el Gobierno Nacional. Medio país amante de la Seguridad Democrática y del expresidente Uribe, lo denominó como el mayor traidor de este siglo; lo que, si podemos decir, es que esta traición evitó, de forma temporal, un derramamiento de sangre absurdo, en un conflicto armado interno interminable que aún estamos en mora de culminar.

Uno de los grandes problemas que ha tenido este Acuerdo de Paz, es el de su implementación, ya que este país dividido y polarizado, aun piensan que se les está entregando el territorio a los grupos insurgentes. El fantasma del Castro Chavismo en su momento puso presidente, es más, ahora el Castro Chavismo le ha servido de defensa al corrupto Olmedo ante la Corte Suprema de Justicia, que en términos de Justicia Mediática se está convirtiendo en la mejor línea de defensa. Hoy la gente no está hablando de los recursos que el señor se robó, está hablando de los supuestos contratos que tenía que entregarle al ELN (Ejército de Liberación Nacional), según él, por orden Ministerial.

¿Pero que quedó para Santander que ha sido cuna de la mayoría de grupos al margen de la Ley? supuestamente el pilar de este acuerdo son las víctimas, no fue un debate menor el de las Circunscripciones Especiales para la Paz; para las extintas FARC el acuerdo restauró sus derechos políticos y el Acuerdo de Paz le entregó curules al congreso de forma transitoria, solo la H.C. Constitucional después de hacer un control más político que jurídico, avaló a las víctimas del conflicto armado que estén en el RUV (Registro Único de Victimas), para que ocuparan por dos periodos sus curules parlamentarias.

En el marco del conflicto armado interno, las víctimas de nuestro departamento, están siendo representadas por el Congresista del Partico Comunes, antiguas FARC, Jairo Reinaldo Cala. No estoy en contra de que un firmante del acuerdo pueda tener un ejercicio pleno de sus derechos políticos, pero que un antiguo victimario sea quien represente a las víctimas del departamento, es un contrasentido y si me lo preguntan, es un proceso de revictimización con quienes sobrevivieron al conflicto, error garrafal que no se puede repetir en términos de la Paz Total del presidente Gustavo Petro.

El presidente anunció ante la ONU la necesidad de implementar nuevamente esta voluntad de Paz Total a través del fast track, que permitiría agilizar la implementación de estos acuerdos. Santander nunca había tenido tantos parlamentarios en nuestra historia reciente, es el momento de que las necesidades de las víctimas del conflicto armado en nuestro departamento, se vean reflejadas en soluciones parlamentarias, teniendo en cuenta que nuestro departamento ha sido durante décadas Sujeto de Violencia Colectiva, por eso debe ser Sujeto de Reparación Colectiva, ya que Santander se quedó sin Circunscripciones Especiales para la Paz, gracias a la indiferencia Parlamentaria Santandereana en tiempos de diálogos de La Habana.

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