Por una Navidad sin pólvora: proteger la vida es la verdadera celebración

Por una Navidad sin pólvora: proteger la vida es la verdadera celebración

Resumen

Las lesiones por pólvora son completamente prevenibles y requieren un cambio cultural. La salud pública prioriza estrategias integrales para regulación y educación, reduciendo drásticamente los accidentes en comunidades que adoptan políticas de cero tolerancia.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Por: Dr. Miguel José Rodríguez Rey, MD, MSc. Médico y cirujano – Especialista en Epidemiología – Máster en Medicina Tropical

Los accidentes por pólvora siguen siendo una de las tragedias más evitables en salud pública. A pesar de los esfuerzos institucionales y la vigilancia cada año más estricta, las lesiones causadas por el uso de pólvora durante las festividades decembrinas continúan dejando secuelas físicas, emocionales y sociales profundas, especialmente en niños y adolescentes.

Las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia son claras: toda lesión causada por pólvora es completamente prevenible. La prevención requiere mucho más que campañas ocasionales; demanda un compromiso sostenido de las autoridades, las familias y la comunidad entera para cambiar la cultura que asocia la pirotecnia con alegría o estatus.

Desde el enfoque de salud pública, la pólvora no es un símbolo de celebración, sino un artefacto explosivo de riesgo. Por eso, organismos internacionales y nacionales recomiendan estrategias integrales que abarquen la regulación de la oferta (fabricación, transporte, almacenamiento y venta) y la transformación de la demanda, mediante educación y alternativas seguras de recreación.

El INS, a través del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA), activa cada diciembre la vigilancia intensificada de lesiones por pólvora. Los datos recientes muestran que, entre diciembre de 2022 y enero de 2023, Colombia registró 1.145 lesionados, de los cuales 354 eran menores de edad. En Santander, se reportaron 65 casos, ubicando al departamento entre los más afectados del país.

En Lebrija, durante las temporadas de vigilancia 2023–2025, se notificaron 4 casos en 2023, 1 en 2024 y 2 en 2025, cifras que, aunque parecen modestas, representan una incidencia elevada por habitante en comparación con otros municipios similares. Estos números nos recuerdan que ningún territorio está exento del riesgo y que las medidas preventivas deben reforzarse, no relajarse.

La evidencia demuestra que los municipios que adoptan políticas de “cero tolerancia” al uso de pólvora, acompañadas de campañas educativas y control efectivo del comercio, logran reducir drásticamente las lesiones. No se trata solo de prohibir, sino de ofrecer alternativas de celebración seguras, creativas y comunitarias.

Hoy, el llamado no es únicamente para Lebrija, sino para todos los municipios del departamento de Santander: hagamos de esta Navidad un ejemplo de convivencia, respeto y amor por la vida. Que las luces que adornen nuestras calles provengan de la solidaridad, no del fuego que destruye.

Evitar la pólvora no es una restricción: es una decisión colectiva por la salud, la alegría y el futuro. La verdadera celebración no es la que ilumina el cielo por segundos, sino la que protege las manos y los sueños de nuestros niños para siempre.

Nota del autor “Una chispa no debería apagar una vida. Que en esta Navidad, las luces que brillen sean las de la esperanza, no las de la pólvora.”

Contacto: Dr. Miguel José Rodríguez Rey Especialista en Epidemiología – MSc en Medicina Tropical Correo: miguelj.rodriguezrey@gmail.com

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