Posible ‘limpieza criminal’ azota a Barrancabermeja
Cuatro habitantes de calle fueron asesinados en ocho días
Una semana tétrica se vivió en el Puerto Petrolero por el asesinato de cuatro habitantes de calle en circunstancias similares y bajo los mismos parámetro, sin testigos y sin cámaras de seguridad en servicio.
Cuatro asesinatos de habitantes de calle estremecieron el Distrito Especial de Barrancabermeja, Santander entre el domingo de Ramos y el domingo de Resurrección.
De 13 a 20 de abril, cuatro cuerpos aparecieron baleados en puntos dispersos del Puerto Petrolero, todos con heridas arma de fuego y sin identificación oficial. La Fiscalía del Magdalena Medio reportó el hallazgo de casquillos de balas en cada escena.
Esta secuencia de crímenes ha generado alarma e incertidumbre en autoridades y comunidad, que exigen esclarecer un posible patrón de ‘limpieza criminal’ y esclarecer responsabilidades.
El primer homicidio se registró el 13 de abril a las 6:00 de la tarde en la calle 51, frente al banco de Occidente. “El Llanero”, como lo llamaban quienes compartían el mismo refugio improvisado, volvió a recoger sus pertenencias y dos atacantes se acercaron a pie, dispararon cuatro veces y huyeron antes de que algún transeúnte reaccionara.
Vecinos narraron que nunca escucharon discusiones previas. La Policía levantó los casquillos y trasladó el cuerpo a Medicina Legal.
Sin nombres ni testigos
La noche del 15 de abril, a las 03:20 de la madrugada, otro hombre sin hogar y sin camisa murió en el sector Terrazas del Puerto. Vestía jeans negros y su cuerpo yacía cruzado sobre la vía.
Los forenses identificaron dos disparos con orificios de entrada y salida. No existieron testigos directos; únicamente el motorista de una ruta escolar afirmó haber visto, a poca distancia, una motocicleta negra que se alejó a alta velocidad tras el estruendo.
Un nuevo ataque alcanzó a un tercero de los moradores en la madrugada del 20 de abril, también en Terrazas del Puerto. Residentes del barrio Centenario salieron a la calle al oír detonaciones.
Cuatro sujetos, divididos en dos motocicletas y vestidos con buzos blancos, dispararon contra el hombre antes de emprender la fuga. A diez metros de la víctima, la única cámara tenía un cartel que reza “Cámaras fuera de servicio”. Tampoco hubo testigos.
Mismo modus operandi
La serie letal concluyó en la mañana del 21 de abril en el barrio Santa Ana. A las 08:30 horas, agentes recibieron la alerta por disparos en la calle 52 número 3404.
La víctima, conocida como “Un Machín”, tenía entre 40 y 50 años y destacaba por las cintas que ajustaba en sus piernas. Tres tiros en el tórax y la cabeza terminaron con su vida.
Comerciantes señalaron que el hombre pasaba las noches en un banco próximo. Nadie percibió la presencia de extraños antes del suceso.
Las cuatro víctimas carecían de vínculos con bandas criminales o de antecedentes que expliquen agresiones selectivas. Autoridades del Magdalena Medio manejan la hipótesis de ‘limpieza criminal’, disfrazada con el eufemismo de ‘limpieza social’.
La similitud en el calibre empleado, la elección de horas y la ausencia de resistencia por parte de los afectados refuerzan esa línea de investigación. El comandante encargado afirmó: “No permitiremos impunidad. Cada pista balística nos acercará a los responsables”.

Todos viven en permanente riesgo
Hasta este 22 de abril, la Policía Metropolitana y la Fiscalía no han reportado capturas ni imputaciones formales. El análisis de teléfonos, cámaras vecinales y balística se encuentra en proceso.
La Defensoría del Pueblo solicitó acceso inmediato a las diligencias, mientras la Secretaría de Gobierno de Santander ordenó patrullajes reforzados en las zonas vulnerables. Ninguna autoridad estableció fecha para resultados concretos.
Representantes de juntas de acción comunal convocaron una marcha silenciosa para exigir celeridad en las investigaciones. Voceros aseguraron que la población de calle vive en permanente riesgo y reclama protección estatal.
Comerciantes locales confirmaron descenso de clientes en la calle 51 y en Terrazas del Puerto desde el primer homicidio. “Aquí cualquiera puede ser el próximo blanco”, afirmó un tendero.
Organizaciones de derechos humanos elevaron la voz. Un informe preliminar de la ONG Alianza por la Vida alertó sobre tres casos similares en sectores aledaños durante los primeros meses de 2025.
Según esa organización, la cifra de homicidios de habitantes de calle en Santander creció un 35 % frente al primer trimestre de 2024. El defensor regional advirtió: “La falta de refugios y la estigmatización agravan la vulnerabilidad de este grupo poblacional”.

Estrategias que “avanzan en estudio”
Congresistas de Santander presentaron un derecho de petición al Ministerio de Defensa para reforzar el número de unidades policiales en el Distrito especial de Barrancabermeja.
Propusieron instalar cinco cámaras de alta resolución en los tramos críticos y un módulo de atención permanente para habitantes de calle. El Alcalde respondió que esas medidas “avanzan en estudio”, pero no confirmó plazos. La Gobernación anunció un plan piloto de refugios emergentes.
Barrancabermeja, con historial de conflicto armado, registra mejoras en indicadores de extorsión y secuestro. Sin embargo, los ataques a población desprotegida revelan grietas en la estrategia de seguridad.
El Consejo de Seguridad local prometió sesión extraordinaria para revisar estadísticas y protocolos de atención. Desde el domingo de Ramos, la ciudad vive bajo tensión, con patrullajes diurnos y nocturnos.
La escalofriante oleada expuso la fragilidad de quienes duermen en las calles. Cuatro vidas truncadas exigen justicia efectiva. El resultado de las pesquisas definirá si Barrancabermeja logra romper el ciclo de violencia selectiva o si la impunidad invita a nuevos ataques.
Autoridades, organizaciones sociales y la ciudadanía barranqueña deberán trabajar de manera coordinada para evitar más muertes y recuperar la seguridad en cada esquina de la ciudad.