Resumen
Los productores de leche en Santander, Colombia, enfrentan una crisis debido a la baja demanda y los precios injustos. Los precios de compra están por debajo de los costos de producción, lo que lleva a los productores al borde de la bancarrota.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Los productores de leche en Santander están enfrentando una grave crisis económica debido a la caída en el consumo del mercado y la falta de pagos justos por parte de los empresarios. A medida que los precios ofrecidos por los compradores se desploman por debajo de los costos de producción, muchos lecheros están al borde de la quiebra.
La situación se ha vuelto crítica en varios municipios de Santander, donde los campesinos se ven obligados a enfrentar la pérdida de grandes cantidades de leche debido a la falta de compradores. “Mientras en los municipios se pierde la leche porque no hay quien la compre, en las ciudades se encuentran precios exorbitantes”, comentó el alcalde de Tona, Jesús Santiago Gutiérrez. Según Gutiérrez, los empresarios ofrecen entre 1.500 y 2.000 pesos por litro de leche, cuando el costo real de producción es de aproximadamente 3.000 pesos.
La falta de rentabilidad en el negocio está llevando a los lecheros a buscar soluciones creativas para mejorar su situación. Entre estas iniciativas, destaca ‘La Quesatón en Bucaramanga’, un esfuerzo local para conectar directamente con los consumidores urbanos y ofrecer productos lácteos como leche, yogurt y queso a precios más justos.
El impacto de esta crisis no se limita solo a la economía de los productores. En regiones agrícolas como Tona, donde cerca de 4.000 campesinos dependen exclusivamente de la ganadería lechera, la falta de empresas que compren a precios justos está afectando gravemente sus medios de vida. La situación se agrava por la reciente delimitación del páramo de Santurbán, que ha añadido más desafíos a la ya difícil situación de estos productores.
Los lecheros de Santander hacen un llamado urgente a las autoridades y a los consumidores para apoyar a los productores locales y asegurar que reciban un precio justo por su leche, crucial para la sostenibilidad de la agricultura regional y la estabilidad económica de las familias que dependen de ella.
