Resumen
Se denuncia la presunta malversación de fondos del 'Hogar del Anciano San Pedro Claver' en Socorro, Santander. Las investigaciones apuntan a malos manejos por parte de funcionarios y falta de control, poniendo en riesgo recursos cruciales para estas instituciones.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Pocas noticias le llegan a la opinión pública del departamento de Santander por la presunta malversación de fondos oficiales, provenientes de la ‘Estampilla Pro-Anciano’, que se cobran y se distribuyen por todo el departamento para los ancianatos, orfelinatos y asilos para niños huérfanos y adultos mayores, que deben contar con la vigilancia de la Contraloría General de Santander.
Por muy santas que sean las organizaciones religiosas y asociaciones piadosas, es necesaria la fiscalización permanente de millonarias transferencias que les entregan cada año a estas instituciones que se sostienen también con el producido de donaciones del sector privado.
Alguien escribió que ‘el dinero es el estiércol del demonio’ y que nadie vive solamente de las indulgencias plenarias sino existe una contraprestación por el trabajo honrado que realizan las organizaciones piadosas, a las cuales les entregan también aportes del gobierno departamental y de las administraciones municipales.
Por falta de vigilancia y control de los organismos encargados de la fiscalización de los dineros públicos, muchos falsos apóstoles de la caridad publica se quedan con altos porcentajes de esas transferencias, mientras los ancianos tienen que dormir apretujados en cuartos abandonados y con una dieta alimenticia muy precaria.
Es lo que ha pasado en el ‘Hogar del Anciano San Pedro Claver’ de la ciudad del Socorro, donde por falta de control unos avivatos se alzaron con el santo y la limosna, como lo denuncia el extenso documento de una investigación que traspasa los linderos del Código Penal para personas que por acción o por omisión les metieron la mano a los presupuestos de las instituciones caritativas.
Con el valor civil que caracteriza a la doctora Esperanza Niño Martínez, auditora externa de este centro asistencial, se han encontrado hallazgos de malos manejos que comprometen a funcionarios de confianza de la junta directiva del plantel, que encontraron en el manejo de la institución una forma de enriquecimiento ilícito.
Es increíble que haya una junta directiva de personas muy prestantes de El Socorro, que se abstuvieron de cumplir con la misión de vigilancia y control, como lo advierte el nuevo párroco Alcides González, recientemente posesionado en esta jurisdicción eclesiástica y como debe investigarlo la Contraloría General de Santander, que tiene la obligación de controlar estos recursos públicos.
El debate sobre el manejo de los aportes públicos y privados que ha recibido y recibe el ‘Hogar del Anciano San Pedro Claver’ de la Ciudad del Socorro es también un tema de control del Honorable Concejo Municipal, donde se encuentra la más auténtica representación popular.
Todos los ciudadanos tenemos derecho a ejercer control y vigilancia sobre el manejo de las transferencias presupuestales provenientes del recaudo de la ‘Estampilla del Adulto Mayor’ que pagan los contratistas de las obras públicas a la hora de firmar y legalizar los respectivos contratos.
Si no fuera por los aportes oficiales, que se otorgan a los ancianatos, orfelinatos y asilos para niños huérfanos, estas instituciones estarían condenadas a desaparecer.
Ojalá tengamos el pronunciamiento del señor Contralor de Santander, del señor alcalde de El Socorro, doctor Ángel Acevedo Martínez y del presbítero Alcides González, que dispuso revisar las cuentas de esta bella institución, para que las donaciones de entidades públicas y privadas no se queden enredadas en las tiendas de la capital de la provincia comunera.