¿Qué será de nuestra juventud?

Por: Hernando Mantilla Medina

Las bases que nos enseñaron nuestros padres considero que fueron muy sólidas porque nos han servido, me refiero a mí, a mis hermanos y hermanas e incluso a mi generación, para ser personas que por lo menos tratamos de anteponer principios y valores antes de cometer errores, es difícil, no lo dudo, el mundo actual es muy envolvente y enreda hasta llevarlo a uno al desespero y a tener la posibilidad negativa de caer en errores, errores que se pueden convertir en el mundo penal, en delitos.

Recuerdo que en mi época todo era distinto, obviamente no habían celulares, los computadores solo los vine a conocer cuando estaba en la universidad, o sea, después de 1980, aunque yo estudié en un Colegio aparentemente complicado, hice todo mi bachillerato y fui Bachiller Clásico del Glorioso Colegio de Santander, un Colegio donde podrían darse situaciones difíciles pues en ese tiempo estudiábamos toda clase de personas, de todas las clases sociales, existía el vicio, el alcohol, las fiestas, aun así recuerdo que nunca nadie me ofreció ni siquiera un cigarrillo, sí nos reuníamos a tomarnos algunas cervezas, pero todo era sano, lo mismo en la universidad, casi todos los viernes salíamos a bailar a las discotecas de los alrededores de la UNAB, pero también era muy sano.

Nunca aprendí, obviamente ya no quiero aprender, a fumar cigarrillo, bailé todo lo que quise y como dice el refrán: “lo bailao, nadie me lo quita”, pero repito, todo sano, sin vicios, sin problemas, sin peleas, además, dentro de todo éramos muy responsables con nuestras labores académicas y ya en nuestros trabajos.

Desafortunadamente eso ya no pasa en nuestra juventud, es muy triste ver tanto joven descarriad, sin DIOS ni Ley, fumando vicio desde los 10 años, cometiendo delitos desde la primera infancia.

Las cárceles están llenas de jóvenes entre los 18 y los 30 años y ya condenados a penas de más de 20 años metidos en una cárcel donde abunda la droga más que la comida, porque cuando ya están metidos en el vicio hasta venden la comida para poder consumir. Muy triste y ese es nuestro futuro, que Dios nos coja confesados.

Ya no hay hogares que controlen a esta juventud, principalmente porque muchos de esos padres también son adictos o son alcohólicos y viven todos los días borrachos o drogados, apenas les alcanza lo poco que se ganan en el día para comprar sus vicios, llegan a sus casas a media noche borrachos, drogados, cómo le pueden decir algo a sus hijos, la mejor forma de ensenar es el ejemplo y un padre o madre borracho o drogado, no lo es.

¿Que nos queda?, yo tengo dos nietos, una niña ya de 15 años, edad bastante difícil y un niño de 9 años, ambos `afectados` ya por los efectos nocivos de tanto celular, de tanto internet, esa es otra forma de vicio, porque todo lo que se haga de manera desbordada y sin control, se convierte en un vicio y todo vicio es nocivo para la salud, salud física, pero sobre todo mental, por eso vemos como se están dando a diario suicidios de much@s jóvenes.

Lo mejor, entregarle nuestra Juventud a Dios, que él guíe sus pasos y que nos ilumine para que podamos dirigirlos por los buenos caminos, orar, pedir mucho por ellos y ellas. Voy Con Toda. Amén.