Quiebra de hospitales y clínicas en Colombia
El presidente de Gustavo Petro llegó al gobierno de Colombia hace tres años con la promesa de transformar radicalmente el sistema de salud colombiano. Tres años después, prácticamente toda la energía del Ministerio de Salud se ha concentrado en la consolidación de la narrativa sobre la necesidad de su reforma, a costa del deterioro de un sistema que así no le guste como está diseñado hoy, es su responsabilidad protegerlo y mantenerlo como jefe de Estado.
A un año de que termine el mandato del presidente de la República, el sector salud enfrenta la situación financiera más peligrosa de su historia.
El gobierno insiste en que la única solución viable para la situación financiera del sistema de salud en Colombia es su reforma y no tiene interés en tomar acción distinta para inyectarle más recursos, incluso a pesar de que más del 50% de la población del país está afiliada a las EPS´s intervenidas por el mismo Estado.
La renuencia de ajustar la Unidad de Pago por Capitación, el presupuesto que se asigna para el aseguramiento en salud por cada colombiano, parece indicar que en 2026 el ajuste volverá a ser el mínimo políticamente viable para liberar caja a los equipos de salud y inyecciones a hospitales públicos, una estrategia con alto impacto territorial justo en un año electoral.
Con nueve (9) EPS’s intervenidas y un déficit creciente, existe el riesgo de más cierres de servicios médicos y asistenciales, que conducen a la quiebra de clínicas y hospitales en Colombia.